Pate Cheje Maldita

Sobresueldo, le mientan a la pate cheje maldita. Urge un análisis de sueldo, no  del cargo, sino del CV del funcionario que lo ocupa, con el fin de determinar si es necesario ajustar, y así la pate cheje evitar.

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Foto Por Jaime Anaya

Por Carlos Alfaro Rivas*

2016-12-05 8:50:00

A los que no son de por aquí, les cuento que  pata de cheje es una comisión, pinche o jugosa, legal o ilegal, recibida por participación en un negocio o por  dar un buen servicio. Como la que se gana el  licenciado que ayuda a que se firme el contrato. Como la que le cae a la del salón cuando me lava el pelo con shampoo caro y masajito. ¡Qué rico!

Rico se hizo el anterior fiscal gracias a 18 meses con el presentador, y a otros 18 con el profesor. Durante una agradable plática, el corruptor saca de su maletín negro una aparente pate cheje, bien pupusa, y se la mete al corrompido en la chumpa de la FGR, en lo que se dan un fraternal abrazo.

No lo digo yo, lo enseña un video que todos hemos visto, convirtiéndonos en testigos de la presunta compra del fiscal, resulta que con una pate cheje mensual (sobresueldo lo llaman) de  20 mil tuzas, según él mismo declaró a Probidad.
 
Si le da hueva pensar, saque su teléfono. Multiplique 20,000 x por 36 meses, súmele  $200 mil en concepto de viáticos acumulados en más de 100 viajes y, abracadabra,  $920,000 en su pantalla. Divida esta cifra entre 3 años en el cargo, y entre 12 meses del año, y el resultado es una pate cheje mensual de $25,555, libre de impuestos, ISSS y AFP. ¡Con razón la majada anda pidiendo abrazos!

Sobresueldo le mientan a la pate cheje maldita. Urge un análisis de sueldo, no del cargo, sino del CV del funcionario que lo ocupa, con el fin de determinar si es necesario ajustar, y así la pate cheje evitar. Chiche decirlo. Yuca tan jugosa guayaba dejar de saborear. 

Urge más afilarle los dientes a doña Justicia para castigar a tanto gusano que está saliendo de una guayaba podrida llamada El Salvador.

Maldita también es la pate cheje que autorizó el recién estrenado presidente anaranjado de la asamblea multicolor. Con total descaro, nos informa que no sabía que su mujer presidía la asociación que, con mucha emoción, recibió una donación de medio millón.

Los receptores de pate cheje padecen de pajitis aguditis. En este caso, dicen que el pisto se repartió entre cuatro alcaldías, pero un periodista investigó y ni un cinco encontró.

A ver qué nos cuenta la ex primera dama brasileira de la pate cheje que, según diarios brasileños, habría conseguido al cocinar el tamalito para la campaña de su maridito.

La que no anduvo con pajas fue la exministra más veterana, quien, pensando que el micrófono estaba apagado, confesó que recibía un sobrecito de su jefecito Mauricito.

Los corruptos y corrompidos también padecen de delirios de grandeza.  Como el palacete que edificó un reciente presidente; como los lujos y terrenos del Sultán de Proesa; como la casona incautada al director del ISSS en tiempos de un aún más reciente presidente.

Y este mal no es reciente. A menor escala, pero pate cheje siempre, es la mordida que recibe el policía Vicente y el periodista que no es independiente.

El chambre cuenta que también a los columnistas nos cae un “sobresueldo”. Rotundamente falso, al menos en mi caso. Primero, no recibo sueldo por visitarlos todos los martes, y segundo, mi pluma es libre como una paloma.

Eso no quiere decir que nunca he recibido pate cheje.

Durante la universidad, atendía mesas, en un restaurante de moda, en la pesca de jugosas propinas. No me hice millonario, como tanto funcionario, pero aprendí a trabajar (y a servir vino), y  eso no está nada mal.

Lo que sí está mal, y muy mal, es que la voluntad del funcionario tenga precio; que le caiga su chorrito verde a la mujer del señor zanahoria; que antes deudas y después señoras residencias; que funcionario que llegue, funcionario que huevee;  que desde Managua el asilado nos cante: “Yo te aseguro que yo no fui, son puros cuentos de por ahí”.

En nosotros está evitar que se manche nuestra conciencia; que nos contagie el cáncer del poder; que nos desorbite el veneno del materialismo; que contaminemos nuestras vidas con tanta pate cheje maldita.
  

*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com