Los héroes salvadoreños usan trajes de bombero

La institución cuenta con 360 elementos para atender cualquier tipo de emergencias.

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Bomberos realizaron demostraciones de mitigación de fuego para que los niños disfrutaran del espectáculo

/ Foto Por Nancy Hernández

Por Nancy Hernández

2016-12-05 7:02:00

El Cuerpo de Bomberos de El Salvador conmemoró ayer el “Día Nacional del Bombero Salvadoreño” y rindió homenaje a hombres y mujeres que día a día arriesgan sus vidas para salvar la de otras personas.

La celebración se realizó ayer, pero el día festivo para estos héroes anónimos es el 4 de diciembre.

“Somos muy afortunados porque nuestra profesión nos da la inmensa oportunidad de saber de primera mano el valor de la vida”, dijo José Joaquín Parada, director general del Cuerpo de Bomberos de El Salvador.

Aseguró que la institución cuenta con  460 elementos, pero solo 360 son de personal operativo. Ellos son los responsables de atender cualquier tipo de emergencias. 

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El director aseguró que la característica principal de estos hombres y mujeres es la satisfacción de cumplir con su deber, ya que esto se traduce muchas veces en salvar vidas. 

Durante el evento los bomberos disfrutaron de una fiesta y  tuvieron la oportunidad de bailar, ya que una orquesta amenizó la fiesta. 

A la celebración fue invitada la familia de cada uno de estos héroes, quienes también hicieron demostraciones del trabajo que realizan y permitieron a los niños subir a las moto bombas para explicarles un poco de su trabajo. 

El Plan navideño 

Para este año todavía no se tiene el número de ventas de productos pirotécnicos que se autorizarán para la temporada navideña y de fin de año.

Según Parada, todavía se está trabajando en el proceso de recepción de solicitudes de parte de las municipalidades para autorizar los lugares en que se instalarán las ventas de pólvora y verificar las condiciones de seguridad. 

“Tradicionalmente son de 80 a 90 lugares que se autorizan para ventas colectivas, ahorita todavía se está trabajando y no tenemos números definidos”, dijo. 

Después de recibir las solicitudes, se encargan de verificar, junto con la Dirección de Armas y Explosivos de la Policía Nacional Civil (PNC) y la municipalidad para verificar que la propuesta cumpla con las condiciones de seguridad requeridas.  

También aseguró que año con año a nivel nacional son cerca de 180 salas de venta las que reciben autorización, además de las ventas colectivas.

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A pesar de no tener el número definido de los lugares, aseguró que desde mayo están capacitando a las personas que tienen previsto comercializar con productos pirotécnicos en la temporada de Navidad y Año Nuevo. 

A nivel nacional registran más de  2 mil 500 comerciantes que han sido capacitados para el manejo y producción de productos pirotécnicos. 

Además dijo que la Comisión de seguimiento y seguridad es la encargada de verificar que los lugares donde se fabrican estos productos cumplan con las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes de lamentables consecuencias. 

El director de Bomberos manifestó que también se está trabajando para impedir la elaboración de cohetes mayores al número cinco y los silbadores. 

“Estamos verificando que se elaboren productos de acuerdo a la legislación. Lamentablemente de manera clandestina, irresponsable y hasta criminal se siguen fabricando productos como los silbadores”, indicó.

Las cifras 

El director general del Cuerpo de Bomberos dijo que el accidente más relevantes de este año ha sido el de semanas atrás ocurrido en el mercado San Miguelito donde se registraron dos fallecidos y cuatro lesionados. 

Además de la explosión de una cohetería en Ciudad Delgado y otra en Cojutepeque. 

Hasta la fecha se contabilizan dos personas fallecidas y cuatro personas lesionadas por pólvora.

Ana Daysi Villalobos, viceministra de Gobernación y Desarrollo Territorial aseguró que en lo que va del año la institución ha atendido más de mil 400 emergencias de todo tipo. Detalló un alza en los accidentes de tránsito del 43% y del 13%  en desalojo de  enjambres. 

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Además fueron atendidas actividades como tala de árboles que obstruyen  carreteras. 

Comentó que hubo reducción del 13% en incendios de  maleza y 11% en  forestales respecto al año pasado y que se impartieron 130 cursos de aptitudes a personas que venden productos pirotécnicos. 

Sus cicatrices revelan el heroísmo de Juan

Juan Carlos Nolasco González tiene 41 años de edad,  es Inspector de prevención y seguridad contra incendios en el Cuerpo de Bomberos de El Salvador. 

Sus manos están llenas de cicatrices, pero el color blanco de su piel no dejan verlas. 

Doce días de hospitalización y seis meses de fisioterapia  fueron suficientes para recuperar el movimiento de sus manos después de haber sufrido quemaduras de tercer grado.

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Las quemaduras las sufrió en la explosión de una cohetería en febrero de 1995.

“Llegamos, el incendió ya estaba propagado en toda la casa. Después de 25 minutos ocurrió la  explosión y nos lanzó por los aires”, relata Juan. 

Asegura que él quedó inconsciente y despertó cuando estaba siendo trasladado para recibir atención médica. 

“Me llevaban en una patrulla de la policía, las manos fueron lo primero que me vi, porque las sentía heladas y  al vérmelas me vi los huesos casi expuestos”, recordó. 

Aseguró que  en esa época los guantes eran muy sencillos y fácilmente se rompían. La explosión también destrozó por completo el traje de seguridad y el equipo que llevaba puesto. 

Juan, que también tiene cicatrices en sus orejas,  aseguró que media hora después de llegar al hospital se dio cuenta de las quemaduras por el dolor que empezó a sentir.

Sin embargo, dijo que ese dolor no se comparó en nada al que sintió durante las curaciones, puesto que le tenían que eliminar las partículas de pólvora y raspar la piel que tenía dañada para evitar infecciones y las heridas sanara. 

Asegura que de todas sus hazañas como bombero, esta ha sido la más impactante, ya que hasta pudo haber perdido la vida. 

En febrero próximo cumple 25 años de servicio en el Cuerpo de Bomberos de El Salvador. Aseguró que 15 años de su vida los dedicó a ser bombero operativo y los 10 restantes los lleva ejerciendo como inspector de seguridad. 

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Durante los 25 años de su carrera afirma que lo más satisfactorio es poder ver la sonrisa de agradecimiento de una personas al ser salvada, o escuchar las gracias de alguien por haber mitigado el fuego y salvar sus bienes, puesto que sabe cuánto significa para ellos.  

“La naturaleza nuestra es salvar vida y los bienes de las personas, eso es lo que nosotros hacemos y lo que nos hace sentirnos bien”, dijo.

“Caminé entre los cadáveres y ni cuenta me di”

José Isidro Paredes, sub sargento de bomberos, tiene 22 años y 10 meses de estar brindando servicio  en el Cuerpo de Bomberos de El Salvador. 

Asegura que dentro de sus acciones más emblemáticas  está su participación en la extracción de cadáveres del accidente aéreo ocurrido en 1995 en el volcán Chinchontepeque de San Vicente.  

El avión  Boeing 737-200 hacía la ruta de Miami hacia San José, en Costa Rica,  según publicación de El Diario de Hoy del 10 de agosto de 1995.  

José asegura que recibieron la alerta a las 11:30 de la noche e iban llegando al lugar del accidente a la 1:30 de la madrugada y fue difícil llegar porque no conocían el lugar. 

“Nos dimos cuenta que íbamos llegando cuando sentimos el olor a diesel, empezamos a caminar en lo oscuro, a buscar personas con vida.  En la mañana nos dimos cuenta que habíamos caminado entre los cadáveres y no nos dimos cuenta”, relató. 

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Dice haberse sentido muy decepcionado,  puesto que esperaban encontrar personas con vida, pero solo estaba los escombros del avión, pertenencias y cuerpos desmembrados. 

“Habían maletas por todos lados… quizás hasta un grupo de mariachis iban porque encontramos sombreros, trajes y los instrumentos”, dijo.

Según publicación de El Diario de Hoy, en el avión murieron 65 personas, 58 pasajeros y siete tripulantes.

José asegura que no estaba graduado de la academia cuando asistió a esta misión y tenía pocos meses de haber entrado al Cuerpo de Bomberos.

Sin embargo, manifestó que ser bombero es lo mejor que le ha pasado en su vida, ya que su carrera ha sido de muchas gratificaciones. 

“Es una bendición de Dios, esto me ha permitido ayudar a muchas personas. Es una satisfacción que lo llena a uno de mucha emoción”, contó.

José espera brindar servicio durante 15 años más, puesto que asegura que disfruta lo que hace. 

“Si volviera a nacer, volvería a ser bombero. Desde un principio dije: esto es para mí y aquí me quedo”, comentó.

En la actualidad, además de participar en las actividades de rescate y emergencias también imparte charlas de prevención a niños en centros escolares.  

Él no tiene hijos, pero asegura que los niños con quienes convive, durante las charlas, vienen siendo como sus hijos y sobrinos.

“Lo importante es salvar otras vidas”

José Francisco Zeceña,  tiene 23 años de pertenecer en al Cuerpo de Bomberos. Desde sus 18 años está brindando servicio y ayudando a personas. 

Para él lo más importante es salvar las vidas de las personas que se encuentran involucradas en accidentes de cualquier índole. 

“Nosotros hacemos todo lo posible por sacar con vida a las víctimas, porque eso es lo importante, salvar otras vidas”, dijo el bombero. 

Aseguró que durante sus 23 años de servicio, la experiencia más difícil la vivió hace dos años cuando un helicóptero se estrelló en San Marcos, puesto que de tres personas una falleció.

El accidente ocurrió el 13 de marzo de 2014 durante la Octava vuelta ciclista femenina de El Salvador, las víctimas fueron tres periodistas que darían cobertura al evento. 

José Francisco recuerda que el helicóptero cayó sobre un árbol de mango y cuando él llegó junto a sus compañero vieron que  el piloto tenía una pierna quebrada.

“Cuando nosotros llegamos él estaba consiente, estaba colgado de cabeza y tenía la pierna quebradita por completo”, narra. 

En este caso, cuenta José Francisco, la prioridad era la persona lesionada. Sin embargo, la otra personas que estaba más arriba del piloto quería arrojarse, debido a la desesperación y tuvo que optar por bajarlo a él primero.

“Le ayudé a bajarse y decidido a que si él se iba (a caer) yo también me caería, porque él estaba a punto de caer al barranco y se mataría. Entonces mi conciencia no estaría tranquila, porque mi trabajo es mantener con vida a las personas”, comenta.

Manifestó que esta persona no estaba lesionado y después que lo bajó, siguió trabajando para rescatar al piloto del helicóptero. 

Este rescaté aseguró que le llevó casi 30 minutos, puesto que lo tenía que hacer con sumo cuidado para no seguirlo lastimando. 

“Después que lo bajé me dijeron que había una tercera persona en el helicóptero, yo no lo sabía porque durante todo ese tiempo no lo escuché hablar. Hasta después me di cuenta que ya había muerto”, expresó. 

José Francisco comenta que ese momento fue impactante, puesto que no está acostumbrado a retirar cadáveres de las escenas. 

Nos obstante, dice que no es impedimento para seguir ayudando a más personas.