Balance de seguridad de mal gusto

Bajo ningún escenario puede calificarse de positivo un año en que estructuras criminales decidieron salir a cazar policías, sin que las autoridades lograran articular una respuesta inteligente, técnica y efectiva.

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SAN SALVADOR 23 08 2013 / MARIO AMAYA Autoridades del Hospital Bnejamin Bloom, dieron a conocer los nuevos ventiladores y monitores para la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de ni??os, valorados en casi un mill??n de dolares. / Foto Por EDH

Por Carlos Ponce*

2016-12-08 9:49:00

Muchas personas, con mucha razón, han opinado que el balance de fin de año en materia de seguridad dista de la realidad nacional. A mí, además, me pareció de muy mal gusto, por tres razones que he decidido compartir en este espacio.
 
Primera razón: fue una falta de respeto a la memoria de las decenas de policías asesinados por pandilleros. Adoptar una postura falsa ante una realidad tan triste, es un descaro. Bajo ningún escenario puede calificarse de positivo un año en que estructuras criminales decidieron salir a cazar policías, sin que las autoridades lograran articular una respuesta inteligente, técnica y efectiva. Por más discursos bonitos y actuaciones de novela que hagan los del gabinete de seguridad al hablar sobre el tema, los policías siguen solos. La actitud triunfalista e irresponsable de estos funcionarios en medio de tanto policía caído y familias de luto, deja claro que no es prioridad reconocer ni resolver este problema tan grave que afecta a miles efectivos policiales y sus parientes.
 
Escuchar este tipo de posturas, sin duda, fue duro para policías que están experimentan momentos de angustia, viviendo cada momento con un nudo en el estómago, pensando en que las vidas de sus esposas, hijos, hijas y padres corren peligro en los barrios en los que viven por su profesión. Indiscutiblemente que fue aún más duro porque un puesto en la mesa de honor desde donde se pronunció ese discurso ilusorio, estaba David Munguía Payés, el funcionario que tuvo la arrogancia de utilizar la vida de policías para negociar con los pandilleros y, de esa forma, dejarlas por siempre sobre la mesa como un arma a la que pueden acudir las estructuras criminales para arrodillar al gobierno.

Segunda razón: fue un insulto a la inteligencia de los salvadoreños. Quieren engañarnos con trucos y manipulaciones de información burdas. El gabinete de seguridad trató de matizar como logro la situación actual utilizando su fracaso reciente. Los pandilleros decidieron aumentar los homicidios en marzo del 2015 y los mantuvieron en un promedio de 618 mensuales hasta marzo 2016. Durante 12 meses, el aparato de seguridad no logró bajar las cifras. Antes de la reducción de abril 2016, las pandillas anunciaron su decisión de disminuir la cantidad de homicidios a su nivel habitual y, en efecto, la cifra mensual bajó, manteniéndose desde entonces en un promedio de 365 homicidios mensuales. El balance de seguridad vende ese promedio como resultado del trabajo gubernamental. Sin embargo, el anuncio de las pandillas previo a la reducción sugiere lo contrario. El incremento en el número de homicidios en contra de policías después del decremento, indica otro escenario más probable: los pandilleros decidieron cambiar de táctica y concentrarse en asesinar policías.
 
Aunque el promedio hubiese llegado a 365 mensuales a raíz de las “medidas excepcionales”, como lo quiere vender el gabinete de seguridad (lo cual es poco probable), lo correcto es contrastar esa cifra con el promedio de asesinatos que se registró antes de que las pandillas decidieran incrementar los homicidios en marzo de 2015, cuando la situación estaba “normal”. El promedio de homicidios de marzo 2014 a marzo de 2015 fue de 332, lo indica que el promedio de 365 de este año constituye un incremento de aproximadamente 10 %. Bajo ninguna perspectiva objetiva, la situación ha mejorado desde 2014, año en que Sánchez Cerén tomó posesión.

Tercera razón: a todas luces, tuvo una motivación política. Igual que la cadena nacional del presidente, el balance de seguridad tenía el objetivo oculto de contrarrestar los fuertes señalamientos hechos por la embajada de Estados Unidos, el Fiscal General y magistrados de la Sala de Constitucional, sobre la corrupción rampante que impera en el aparato público.
  
Es lamentable que el país tenga ese grupo de personas al frente de seguridad. Hasta que la política no predomine sobre la seguridad, todo seguirá así.
 

*Criminólogo.
@cponce_sv