Carta para Santa Claus: mis deseos para El Salvador

Podemos echar la culpa a los gobernantes y políticos o reclamar que ellos carecen de estos valores, pero nosotros también debemos poner de nuestra parte.

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elsalvador.com

Por Jaime García Oriani*

2016-12-10 8:21:00

Estimado Santa: 

Desde hace mucho tiempo que no te escribo. He decidido dirigirte esta carta con algunas peticiones, al ser cosas que me son difíciles de conseguir por mis propios medios. 

En realidad, lo que te pido no es solo para mí. No es que me caracterice por ser excesivamente dadivoso, pero en esta época navideña siempre es bueno pensar en los demás. Confío en que nos podrás echar una mano y conseguirnos esto para nuestro querido país y para todos los salvadoreños. 

Te pido honestidad para nuestros políticos. Últimamente, las aguas han estado bastante movidas. Hay varios procesos por presunto enriquecimiento ilícito (un expresidente se encuentra detenido provisionalmente con algunos de sus funcionarios mientras se desarrolla su proceso) y hasta fue declarado culpable de enriquecerse ilegalmente el director del Seguro Social durante el Gobierno de Funes. 

Sobre este último caso, te quiero contar algo que me conmovió. Escuché una llamada telefónica que hizo una señora a un programa de televisión, en la que contó, entre lágrimas, cómo le rogó al extitular del ISSS que le comprara un medicamento, pues lo necesitaba por la enfermedad que padece y solo vive de su pensión. Su esfuerzo fue inútil. 

La televidente dijo: “Ahora aparece él con grandes propiedades, y yo sufriendo, ¿qué le costaba? (…) Creame que eso me duele, porque el dinero que es para servirle al pueblo lo transfieren a otros bancos y hacen grandes propiedades”. Estas injusticias duelen, y qué irónico que sucedieran en un Gobierno que dizque luchaba por el pueblo. 

De la mano con lo anterior, quisiera transparencia, porque el dinero es nuestro y no de los políticos. La verdad que ya estoy perdiendo la paciencia y quisiera poder tener los medios para poder “despedir” a los que no están haciendo bien su trabajo. Dicen que no les alcanza el dinero y por eso nos quieren poner nuevos impuestos y endeudarnos. ¡Pero sí les alcanza para fiestas, regalos, uso de vehículos a su capricho y para viajes como el de toda una delegación que fue a despedir a Fidel Castro! Y esto toca no solo al Gobierno de turno, sino también de la Asamblea Legislativa y oficinas públicas, porque en este tema, no se distinguen ni colores ni banderas. 

Hablando de oficinas del Estado o del sector público, un poco de laboriosidad no vendría mal. No hablo solamente de los burócratas que ya tienen mala fama. Por ejemplo, hay policías que están en las calles contemplando, y sin hacer nada, cómo rompen las reglas de tránsito en sus caras, y que son incapaces de frenar los abusos que todos los días cometen tantos salvadoreños al conducir, especialmente los buseros. 
Para ser justos, no podemos dejar de mencionar que hay algunos que se esfuerzan en hacer bien su trabajo y que, además, el Gobierno no siempre paga a tiempo y ha dejado prácticamente abandonados a sectores como seguridad, salud y educación. 

Viendo ahora todo lo que te he pedido, me doy cuenta de que nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, también necesitamos un poco de esto y otras cosas. 

Somos deshonestos y nos falta integridad cuando buscamos cualquier ocasión para burlar la ley o desobedecer a las reglas, solo porque no nos convienen. Dejamos mucho que desear en la laboriosidad, cuando somos impuntuales o hacemos chambonadas en nuestro trabajo. Nos falta respeto y urbanidad al manejar como bestias y ser poco amables (no dar paso o tirar el carro a los otros o a los peatones), cuando tiramos basura en las calles o, peor aún, al hacer las necesidades en plena vía pública. 

Ojalá lo logres. Sé que no es tarea fácil lidiar con estos males tan profundamente enraizados en nuestro pueblo. 

P.D.: Como es evidente, la carta es una broma. Lo cierto es que mis deseos no son cosas que se puedan conseguir con dinero; se trata de actitudes, comportamientos y hábitos que están en nuestras manos. Podemos echar la culpa a los gobernantes y políticos o reclamar que ellos carecen de estos valores, pero nosotros también debemos poner de nuestra parte: si usted y yo quitamos esos vicios y malas costumbres, por pequeñas que parezcan, habremos comenzado a dar grandes pasos para tener un mejor país. 

*Periodista. 
jaime.oriani@eldiariodehoy.com