El poder, mal administrado, como Saturno en el aterrador cuadro de Goya, termina devorando a sus hijos. Esta podría ser una de las conclusiones a la que lleva la lectura del original ensayo sobre “Las Claves del Poder”, escrito por el abogado Francisco José Fermán quien ha estudiado los más importantes aspectos del fenómeno político, tal como este se desarrolla en el país.
En la introducción de su libro, el Dr. Fermán explica que no se trata de un ensayo académico, teorizante, sino de una exposición práctica, una especie de manual de consulta, desde la perspectiva política nacional; de la compleja trama que implica el ejercicio del poder otorgado por los votantes a quienes intervienen en los asuntos del gobierno y del Estado.
En su praxis más pura, el poder político, según el ensayista, consiste en la aplicación de las reglas que ordenan el conocimiento político, orientadas a la sana administración del poder, con el fin de fortalecer y proteger las instituciones de la República, así como al poder político mismo. Las Claves del Poder, dice, quiere ser un referente que descubre los ejes del poder para el mejor ejercicio de las facultades políticas de quienes, por mandato popular y por la Ley Primaria, deben mantener, proteger y optimizar la institucionalidad dentro de una sociedad equilibrada, libre y próspera.
De igual manera el documento muestra el lado oscuro del poder político cuando este adquiere una identidad, casi misteriosa, que no ofrece explicación de su desenvolvimiento, lo cual genera desconfianza y resistencia al mismo. Es así que se le percibe como algo siniestro, trenzado de conspiraciones y estrategias que tienen como alimento al poder mismo. De él se sirven los actores políticos que a menudo asumen, con desvergüenza, papeles de villanos de un drama social, aprovechándose de privilegios, del acceso a fuentes económicas de los contribuyentes, usando como propias las herramientas estatales y los mecanismos legales, castrenses y policiales que garantizan la obediencia o sumisión de los gobernados.
De esta manera surge el riesgo de que el poder se concentre en un solo partido político o, peor aún, en un grupo reducido o en un solo individuo y se comience a ejercer el autoritarismo. Muchas veces este desemboca en dictadura, corrupción desbordada y conducta impositiva de voluntades minoritarias que solo aspiran a acumular poder político y la riqueza material que acompaña a esta.
El ejercicio corrupto del poder debe, por su propia naturaleza, crear redes que se extienden desde los más altos niveles, hasta los más bajos.
Repta y envenena, en silencio, a todo el tejido social, por lo general a partir de las alturas presidenciales o grupos de influencia, que convierten en cómplices voluntarios o sin alternativas a ministros, gerentes, pasando por secretarias, ordenanzas, motoristas y la amplia gama de categorías burocráticas, hasta alcanzar a miembros de los principales estamentos de la sociedad: proveedores de bienes y servicios, sindicatos, la oficialidad castrense, partidos políticos, además de muchos otros. Entre todos ellos se genera, de manera espontánea, un ilícito intercambio de favores, alianzas, comisiones, sobornos y prebendas que propician la descomposición institucional.
Pero este proceso, como lo demuestra la historia, suele terminar como el mito de Frankenstein, en el que la criatura se vuelve contra su creador y, asimismo como Saturno, quien no solo devora a sus engendros, sino también a naciones enteras, veamos si no, Venezuela, Cuba, Argentina, Brasil, Guatemala, México; y, ¡atentos!, como está por verse en Bolivia, Ecuador y en El Salvador.
El libro, Las Claves del Poder, del Dr. Fermán, constituye un documento que ayudará a comprender la naturaleza y fines del poder; una guía práctica que puede serle útil a los que tienen la intención de participar —como electores o aspirantes al poder—, en las decisivas contiendas políticas que se avecinan.
*Periodista.
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