Algunos en nuestra niñez nos sentimos orgullosos que alguien a quien admiramos nos estreche la mano. Esa es la historia de Eduardo Castillo, el pequeño que el pasado domingo se hizo notar entre los aficionados al fútbol.
El niño llegó a esperar un abrazo de Rodolfo Zelaya, después que éste marcara su tercer gol en Sonsonate.
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