En este espacio, la semana pasada escribí algunas reflexiones a partir del último informe de PISA, la prueba internacional que evalúa no solo los niveles de matemáticas y lectura de los jóvenes de 160 países, sino que pone en remojo los sistemas educativos de todas esas naciones, poniendo énfasis en que Costa Rica, además de participar en esta prueba, sus resultados lo sitúan en la medianía, mientras que El Salvador, que ni siquiera tiene en su horizonte someterse a esta prueba, está inmerso en la mediocridad evaluativa de la Paes.
El tema generó cierto interés, lo que muestra la preocupación que existe entre ciertos sectores intelectuales que ven con preocupación el deficiente desempeño educativo en el país. Recibí todo tipo de reacciones, por correo, por mensajitos e incluso llamadas telefónicas; ni comento los insultos, que siempre los hay, pero sí quiero rescatar un correo de un lector, no solo porque me corrige en algunas imprecisiones que incurrí, sino porque pone el dedo en la llaga en el tema educativo.
Textualmente dice el correo “Algunas observaciones siguiendo el orden en que se desarrolla su editorial son:
1- Costa Rica no queda bien parado. Está bien dentro de los pocos países latinoamericanos que participaron; nada más.
2- Definitivamente, es loable que participe Costa Rica y una tristeza que El Salvador no. Por lo menos podríamos apreciar un eventual progreso o retroceso de nuestro nivel.
3- República Dominicana sale muy mal parada; pero por lo menos participa.
4- Superficie Singapur. Hay un tremendo error en su dato. Singapur no tiene 719 mil kilómetros cuadrados sino apenas 719 (o sea mil veces menos). Es una ciudad-estado pequeño pero muy progresista y con un alto ingreso per cápita. El dato errado del tamaño puede provocar comparaciones equivocadas.
5- Shanghai no es mencionado en el informe; no sé si se quiere referir a Hong Kong que sale bien parada.
6- Todos los entes y personas relacionadas con la educación debieran de velar por una medición útil del nivel educacional y olvidarse de las Paes. He leído casi todas las preguntas de la misma y su conocimiento no aporta mucho a la educación. Participar en los sondeos PISA y otras medidas serían mucho más útiles y en caso no sean gratis, probablemente se conseguiría financiamiento extranjero”.
Amén de recibir y tomar nota de los errores e imprecisiones, quiero destacar dos cuestiones: uno, la evaluación de PISA, sin ser la octava maravilla, es un referente internacional que pondría en perspectiva de mediano y largo plazo nuestro sistema educativo y la importancia que le damos a esta de cara al futuro de El Salvador. Esto supone, este es el segundo punto al que quiero referirme, un cambio de mentalidad, de perspectiva, de rumbo sobre el quehacer educativo nacional.
Ponernos de acuerdo sobre qué entendemos por educación, el papel que juega esta en la construcción del país del mañana es fundamental como lo es también a partir de estos parámetros para formar los maestros que se necesiten, crear el currículo indicado como también invertir los recursos financieros necesarios.
Vincular educación con el país que queremos es esencial, como también lo es relacionar el sistema educativo con el modelo de desarrollo y crecimiento que querríamos o deseamos, para relacionarlo estrechamente con la tecnología y montarnos al tren de los acelerados cambio tecnológicos es importante, muy importante.
Otros países lo han hecho, Singapur o Hong Kong son un ejemplo, pero también naciones más cerca a nuestra realidad como Costa Rica o República Dominicana han dado el paso… y no solamente es mayor inversión, que también lo es, lo fundamental es sumarse al cambio de mentalidad y dejar de lado las arcaicas políticas del actual sistema educativo que tiene por horizonte, por ejemplo, la política partidista, la ideologización, la pobreza de la Paes como sistema evaluativo… o la entrega de computadoras a niños sin una estrategia en lo digital o virtual.
La tarea es grande pero no imposible.
*Editor Jefe de El Diario de Hoy.
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