Cerca de 30 extranjeros visitaron en los últimos días la finca El Manzano, situada en el kilómetro 78 de la carretera Los Naranjos, en Chalchuapa, Santa Ana. Su viaje tenía un solo objetivo: conocer de primera mano el proceso completo de la caficultura nacional, desde cómo se siembra la semilla hasta cómo se sirve el café en una taza.
Los interesados llegaron desde Estados Unidos, Suramérica, Europa, Asia y África, motivados por el evento denominado “El Salvador Micro Coffee Festival”, que fue organizado por la revista digital inglesa más grande del mundo especializada en café: Perfect Daily Grind.
En palabras de su fundador, el joven londinense Henry Wilson, el festival fue coordinado en dos meses con un ambicioso propósito: posicionar el café de El Salvador como el mejor.
“Muchas personas que están afuera de este país solo escuchan malas noticias, pero nosotros queremos cambiar eso, porque sabemos que El Salvador tiene los mejores cafés en el mundo, como el Pacamara, como el Bourbon, por mencionar algunos, y porque también estamos convencidos de que hay salvadoreños que tienen conocimientos muy altos en el tema del café. Queremos posicionar a El Salvador como el mejor país del mundo para producir café”, aseguró Wilson.
Al evento no solo asistieron productores y tostadores de Singapur, Arabia Saudí, Australia, Estados Unidos, Camerún, Indonesia, Brasil y Colombia, entre otros países, sino también unos 50 caficultores salvadoreños; para compartir e intercambiar conocimientos acerca de los procesos de producción de café en el mundo.
“Vine porque los métodos para producir café en Camerún, África, podrían interesarle a los salvadoreños, pero con esta visita me he dado cuenta que la principal y gran diferencia es que acá se habla de grandes productores, mientras que allá se trata de familias que tienen entre una y cinco hectáreas como máximo y esa familia hace todo el proceso, desde la siembra hasta el empacamiento”, expresó el productor camerunés, Matti Foncha.
Solo la extensión de la finca El Manzano, donde tuvo lugar el evento, ronda las 100 manzanas, es decir, unas 80 hectáreas aproximadamente, y su capacidad de producción anual asciende a 15,000 quintales de café en el tren húmedo (lavado y clasificación) y 30,000 en el tren seco (trilladora y bodega).
La marca con la que es comercializado ese café es Cuatro M Single Origin Coffees, el principal patrocinador del festival.
Preocupa baja producción de café en El Salvador
Los asistentes, quienes se instalaron durante una semana en la finca, principalmente los extranjeros, recibieron charlas, hicieron ejercicios de catación y participaron en competencias de barismo, entre muchas otras actividades, pero, sobre todo, analizaron la situación mundial de la producción de café, y en especial la de El Salvador.
“Vine a este evento porque lo consideré muy importante. Yo trabajo para una compañía estadounidense en donde importamos cafés de 30 países alrededor del mundo y El Salvador es uno de ellos. Y una de nuestras preocupaciones en los últimos años es que hemos notado un alto volumen de descenso. La producción de café en El Salvador está disminuyendo y nos afecta porque sigue habiendo demanda, tenemos clientes que piden el café salvadoreño, ya es parte de sus menús y cuando no hay ese café de calidad nos preguntamos qué está pasando en El Salvador. Y al venir hemos visto el grave paso de la roya”, advirtió Mayra Orellana, de Royal Coffee Inc., cuya casa matriz está situada en California.
Y hay más causas. Wilson, el joven organizador británico, ya hablaba del temor de los tostadores de visitar el país por la inseguridad pública, pero los productores nacionales agregaron otras a la lista.