Un parque cafetalero en peligro de extinción

Sector afirma que impacto que se   viene a caficultores debido al alza al salario mínimo es insostenible 

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Miles de jornaleros viven de la producción y recolección de café, con este ajuste cientos de puestos de trabajo se ponen en riesgo. Foto EDH /archivo

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Por Jessica Guzmán

2016-12-22 8:01:00

El gobierno cierra el año con la imposición de un incremento al salario mínimo para el sector cafetalero de hasta un 55.04%, y con ello le anuncia que sus días están contados, ya que para los caficultores este incremento es insostenible.

Esta es la realidad que viven los caficultores, que no solo sobreviven en un parque cafetalero que urge ser renovado, de baja productividad y rentabilidad, endeudamiento, crédito limitado, delincuencia, plagas, inestabilidad en los precios internacionales y, como “tiro de gracia”, deben asumir  un aumento al salario mínimo “desproporcionado”.

El incremento para el sector cafetalero según la tabla del gobierno impacta fuertemente en dos rubros: “Industrias agrícolas de temporada (café)” con un aumento de $53.00 y el de “Recolección cosecha de café” de $71.00.

Lo que provoca este ajuste, al contrario de dinamizar la economía, como lo aseguraron representantes del Consejo del Salario Mínimo,  al aprobarlo, es una “crisis” lamentan los cafetaleros.

La realidad del parque cafetalero

Según explicó Ricardo Antonio Rosales, ingeniero agrónomo, con vasta experiencia en administración de fincas de café, las opciones que tienen las empresas cafetaleras  son empujadas hacia la pérdida.

Las empresas que generan alguna utilidad, con deudas manejables, en proceso de renovación, con capital de trabajo o recibiendo financiamiento realizarán su ajuste por la vía de mejorar productividad (técnicas modernas de producción) y la promoción de cafés diferenciados por calidad y fuera  de la bolsa.

Las fincas endeudadas, sin capital de trabajo o financiamiento, con cafetales viejos de baja productividad se ajustarán reduciendo aún más las labores agrícolas básicas y el uso de insumos, sin posibilidades de salir de su círculo vicioso, dijo el experto.

Las fincas tendrán que implementar técnicas novedosas y modernas que permitan mejorar la productividad de la mano de obra, tales como la mecanización, manejo por ciclos y/o lotes, uso de menor cantidad de árboles de sombra, mayor uso de agroquímicos, subcontratación de labores y concentración en labores más determinantes.

Rosales argumentó que como el financiamiento se recibe en base a la proyección de la producción, necesariamente se tendrá que manejar la finca con igual presupuesto, lo que significa que será a costa de reducir labores y mejorar rendimientos de la mano de obra, lo que llevará necesariamente a la reducción del personal contratado.

Un costo insostenible

El costo de producir café subirá entre $20 y $45 por quintal, dependiendo de la productividad y esa alza es insostenible, asegura Marcelino Samayoa, gerente general de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé).

“Esa alza es incosteable, lo que va a haber será más desempleo porque el caficultor no podrá trabajar con estos salarios; por otro lado, estamos haciendo planes de renovación que se van a acabar por la misma razón, además de abandono de fincas, más bandolerismo, y recibiremos menos divisas por parte del café”, aseguró Samayoa.

 Mario Enrique Olivares, presidente de la Sociedad Cooperativa de Cafetaleros de San José La Majada, asegura que lo que causará este incremento salarial es la muerte del parque cafetalero.

“Es un impacto tremendo a la caficultura, sí esperábamos un aumento pero no desproporcionado, es que no es sostenible”, indicó Olivares.

Otro de los puntos que explica el presidente de La Majada es que a un mayor costo de producción tendrían que requerir mayor financiamiento y “ningún banco está preparado para prestar a estos costos, ni los beneficiadores, pues no darán préstamos en saco roto”, agregó.

Pérdidas 

Ricardo Rosales explicó que sin duda, “aunque no se quiera” habrá recorte de personal, ya que si antes se producía el 100% de una manzana ahora solo le alcanzará para producir el 77%, lo que equivale a menor contratación de personas. “La finca se verá en la necesidad de seleccionar dentro de su personal a aquel que tenga la capacidad de adaptarse a las nuevas técnicas que requieren de mayor aprendizaje y condición física para desarrollarla”.

Agregó que “las fincas de café son las únicas que utilizan tradicionalmente una composición variada de población: hombres y mujeres en edad productiva, hombres y mujeres de tercera edad; jóvenes y personas con capacidades especiales. La menor disponibilidad de recursos incidirá en la menor capacidad de renovación de cafetales”, dijo.

El gerente general de Abecafé detalló que “el 66% en la producción de café es mano de obra, y si a esto le sumamos el 60% pues ya está desfasado”, refiriéndose con este último al incremento en producción.

Esperaban aumento proporcional

Los cafetaleros aseguran que sí están de acuerdo con un aumento salarial, pero que fuera en proporción, basado en un estudio técnico, ya que este  ajuste no pueden pagarlo.

“Debería haber un aumento pero de conformidad a la inflación y a la capacidad económica, esto se acabará el maíz, disminuirá violentamente la caña, se acabará la ganadería”, concluyó Samayoa.

El alza al salario mínimo entrará en vigencia a partir de enero del próximo año.