El Banco Central de Reserva (BCR) anunció ayer que durante este año la cifra de crecimiento de la economía será del 2.5 %; bastante optimista con respecto a los análisis de varios economistas y tanques de pensamiento que sostienen que el crecimiento estará por debajo del 2 %.
Durante la presentación de las cifras oficiales el BCR no mencionó la diferencia con las proyecciones que ya habían presentado entidades como la Fundación para el Desarrollo (Funde), por ejemplo, que destaca que las principales variables que permiten medir el pulso de la actividad económica “registraron desempeños modestos”.
Funde argumentó que tanto el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE), como la recaudación de IVA de operaciones domésticas y la creación de empleo formal, permiten estimar el crecimiento económico entre el 1.5% y 2.0%.
Mientras que Álvaro Trigueros director de Asuntos Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), ya había advertido que el despegue de la economía del país continúa siendo lento desde 2009. Además, señaló, que este año se ha visto afectado principalmente por la baja del 3.9% en la exportación de bienes y servicios, los conflictos entre los poderes del Estado, y la inseguridad ciudadana y jurídica.
Mario Magaña, encargado de Asuntos Económicos de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, expresó anteriormente, que “en términos generales el crecimiento de la economía, nosotros creemos que andará cerca del 2 %”.
En el informe de coyuntura económica presentado por Fusades, al tercer trimestre de 2016, el porcentaje de empresas que redujeron sus ventas volvió a ser mayor que el de aquellas que reportaron mejorías en sus negocios, según la última Encuesta Dinámica Empresarial de la Fundación.
El BCR al igual que el gobierno destacó que el sector agropecuario ha sido uno de los que más ha despuntado este año, pero eso no concuerda con lo que dicen los productores de café que aseguran que no hay voluntad política para rescatar al sector.
Según el expresidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador, Sergio Ticas: “la crisis cada año es peor, el problema que siento es que no ha habido voluntad política de este gobierno. Hace como un año trabajamos casi 8 meses en un Pacto por el Café, como un “salvaje” a la caficultura, en ese momento eran $230 millones de deuda y hablamos de $500 millones, para pagar la deuda y reactivar el café, y concluimos que solo faltaba la decisión política, pero esa decisión política la estamos esperando hace más de un año y no vemos claro”, dijo.
Asimismo, según el informe del BCR el sector construcción despuntó con 2.5% de crecimiento, no obstante, este sector no se reactiva como se esperaba, y al igual que otros rubros productivos ha manifestado que la mayor limitante que tiene para crecer es la burocracia y la tramitología excesiva.
Baja generación de empleos
En cuanto al empleo, que es uno de los indicadores más reveladores del crecimiento económico, Funde mencionó que este ha vuelto a crecer al 1%, generando 8,240 nuevos puestos en el último año, quedándose muy lejos del aumento anual de la Población Económicamente Activa (PEA), que se estima en al menos 60,000 nuevas plazas.
La institución afirma que esto conducirá al aumento del empleo informal.
Por otra parte, el sector industria indicó que hay alrededor de 3,250 empleos que se han perdido entre enero a septiembre de 2016.
Exportaciones a la baja
Adicionalmente, las exportaciones e importaciones están en números rojos (-3.9%, -6.6%, respectivamente), según el informe de Funde. Las exportaciones reflejan la baja productividad del país y lo poco competitivos que son los productos salvadoreños en el mercado mundial.
La caída de las importaciones, fuera de la baja en la factura petrolera, indica que la economía doméstica está estancada. La compra de bienes de consumo, las materias primas y los bienes de capital está estancadas.
Las importaciones cayeron por tercer año consecutivo, y no todo es a causa de los bajos precios del petróleo, según informe de Funde. “Si las importaciones caen, la demanda interna está deprimida”, agregó la Fundación.
De igual manera, las entradas de Inversión Extranjera Directa (IED) del primer semestre de 2016 triplicaron las experimentadas en el mismo período de 2015 ($156 millones), según las cifras de Gobierno, pero El Salvador sigue captando el menor flujo de inversión de la región; capta solo el 2.7% del capital que llega a Centroamérica.
En esta coyuntura influye el clima de negocios, como principal detonante de la llegada de capital extranjero.
Remesas siguen oxigenando al país
La mejora en los niveles de consumo e inversión local fue facilitado por el ingreso de remesas familiares en alrededor de $4,100 millones hasta noviembre pasado, una cifra mayor en $255.7 millones (6.6%) al obtenido el año previo, facilitadas por las condiciones de empleo hispano en Estados Unidos, así como por el compromiso de la diáspora con sus familiares residentes en El Salvador. La capacidad de compra de los hogares se ha beneficiado además por el aumento en salarios reales y bajos niveles inflacionarios, según el BCR.
Perspectivas para el 2017
El BCR , para el próximo año, espera un crecimiento económico de 2.4%, “denotando la estabilización del crecimiento económico cercano al 2.5% y por arriba de su crecimiento potencial, posibilitado por el repunte esperado en la demanda externa y una leve suavización de la demanda interna”, dijo. Entre los eventos económicos favorables externos esperados está el crecimiento económico real de Estados Unidos en torno al 2.15%, superior a la estimación del año actual (1.5%) y la fortaleza del mercado laboral.
Los riesgos de un menor crecimiento pueden provenir del entorno internacional, especialmente derivado de la desaceleración en el comercio mundial, expectativas decrecientes de la actividad económica de los principales socios comerciales, aumentos en tasas de interés internacionales y en precios del petróleo, por arriba del esperado, y la lenta recuperación en precios de las materias primas de exportación del país, aseguró el BCR.
Finalmente, el Banco Central indicó que los riesgos internos que pueden incidir en el crecimiento abarcan la potencial falta de consensos económicos, vulnerabilidad ante desastres naturales y un fuerte ajuste fiscal que restrinja el crecimiento económico.