En las opiniones de agricultores y agroindustriales, que día a día trabajan, sufren y se rompen el pecho en el que hacer agrícola, se aprecia su preocupación sobre la situación real del agro salvadoreño. Es importante destacar que productores de granos básicos, café, ganadería, avicultura, porcinocultura, insumos agropecuarios y otros de manera unánime afirman que existe un escaso o nulo apoyo desde el Gobierno, una baja productividad y prácticamente nulas utilidades.
La problemática del sector agropecuario y agroindustrial se resume en la limitada aplicación de tecnología y de prácticas empresariales modernas bajo un entorno global cambiante y deficiencias institucionales, que influyen en una baja rentabilidad, productividad, competitividad, afectando el desarrollo sostenible del sector. No se han implementado políticas consecuentes con las realidades que ocurren alrededor del mundo. En otros países van corriendo, mientras nosotros caminamos lentamente y nos quedamos fuera de las tendencias mundiales de productividad. Es más, seguimos promoviendo una agricultura de subsistencia. De acuerdo con el último censo agropecuario, que data de 2007, ocho de cada diez agricultores cosechan para alimentar a su familia. Si les sobra, lo venden. No es sostenible seguir fomentando la agricultura de subsistencia con fines político-electorales, partidarios.
Equilibrar la actual problemática del agro y la importancia estratégica del sector, necesario para lograr el desarrollo económico y social del país como nación, se debe considerar que es imperativo crear una plataforma de condiciones básicas para impulsar el desarrollo sectorial productivo, con el fin de dinamizar el crecimiento sectorial, contribuir a la seguridad alimentaria, mejorar las condiciones de vida de nuestros productores, especialmente en las zonas rurales que abundan en el país e integrarnos competitivamente en los mercados nacionales y si es posible, en mercados internacionales.
Los conocedores y expertos estiman que para lograr el desarrollo económico y social del país se requiere atender varios ejes transversales: Promover la innovación tecnológica y productiva, financiar producción de manera adecuada y oportuna, fortalecer la institucionalidad y la seguridad, ampliar la gestión productiva y el desarrollo humano, proteger el medio ambiente y desarrollar un sistema de responsabilidad social empresarial.
La innovación tecnológica y productiva constituye el elemento clave para la reactivación agropecuaria y agroindustrial del país, el objetivo debe consistir en alcanzar mayores niveles de productividad y competitividad en los mercados. En eso consiste el clamor de los diferentes subsectores agropecuarios, que solicitan que se trabaje en serio en las diferentes acciones prioritarias que se requieren con urgencia.
Por ejemplo, fomentar el uso de tierras ociosas con vocación agrícola; articular actividades agropecuarias en función de las condiciones de suelo, agua, clima y la demanda del mercado; invertir en infraestructura de riego y drenaje; crear un sistema integral de almacenamiento y logística de granos básicos; incentivar productos agropecuarios con mayor valor agregado; y fortalecer la asistencia técnica y transferencia tecnológica; entre otros.
El Banco Mundial indica que existe cada vez más consenso respecto a que los precios de los alimentos aumentaron debido a cambios fundamentales en la oferta y la demanda, mundial. La inflación en los precios de los alimentos está en función de: altos precios del petróleo, aumento del ingreso, condiciones adversas de clima, aumento del ingreso y el consumo per cápita en los países en desarrollo y también el incremento de la demanda.
En El Salvador, fomentar la producción local significa tomar conciencia de que el principal problema estructural de nuestra agricultura es el sistema de tenencia de la tierra; el cual, impide optimizar el uso del valioso y escaso recurso. Muchos consideran que la Ley de Reforma Agraria cumplió sus objetivos y mantenerla vigente lo único que logra es castigar a El Salvador y su precaria situación.
*Columnista de El Diario de Hoy.
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