Jaime tiene 28 años. Vende frutas a diario en el centro de Santa Tecla, un puesto contiguo al parque Daniel Hernández. “Destaca por ser un salvadoreño emprendedor”, dice su hermana, que también trabaja con él.
Entre las frutas que vende están la papaya, el guineo, el mango (en temporada), fresas, piñas, entre otros. La fruta la adquiere en el mercado La Tiendona a un precio accesible, “la mitad de lo que generalmente la venden en los mercados”, dice Jaime.
Hace cinco años empezó con el negocio. Hizo una inversión diaria de $25 en fruta para venderla, como el buen salvadoreño llama “fruta preparada”, con un poco de alguashte, salsa negra, limón y chile.
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“A esos 25 dólares le sacaba el doble y a veces el triple. En el mercado (La Tiendona) me dan (a veces) 25 mangos por un dólar. A ese dólar le saco hasta 10 dólares en fruta preparada”.
La sandía en temporada baja tiene un precio de 2 por un dólar, a veces tres, siempre en La Tiendona.
Ahora el joven emprendedor no solo vende fruta “preparada” sino “entera”. Posee un puesto y su hermana es su apoyo más próximo.
Ante la falta de oportunidades en El Salvador, los ciudadanos recurren a poner negocios propios, con poco dinero. La fruta y la verdura posee alta demanda de consumo en el país.
Hoy en día Jaime reune más de 100 dólares por día.
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