Patricia Mendez pasó literalmente de las leyes a la piscina. Con tan solo 31 años de edad, esta joven emprendedora ha logrado que más de mil niños desde los seis meses hasta los seis años de edad aprendan a nadar en un lugar seguro y cálido.
Fue su misma inquietud porque su hija asistiera a una escuela profesional fue la que le hizo preguntarse si en El Salvador había un lugar que ofreciera agua climatizada y que no le generara alergia y otras implicaciones a su pequeña bebé.
Al darse cuenta que nadie ofrecía un servicio así, el esposo de Patricia recordó que hace algunos meses, cuando viajó a Costa Rica, supo de un lugar ideal para que los bebés aprendieran a nadar bajo condiciones seguras. Y esa fue la motivación para que Patricia buscara el financiamiento y la asesoría que la llevó un tiempo después a inaugurar Splash Kids, la primera escuela de natación para bebés en El Salvador, que ya tiene cinco años de fundada y sigue fortaleciéndose como un negocio innovador.
El proyecto fue retador: no solo no había en el país una escuela similar, sino que además había que luchar contra los temores de los padres por lanzar desde tan temprana edad a un bebé y responsabilizarse de niños tan pequeños.
Por eso Patricia dice que antes de establecer su negocio, decidió enterarse de todo lo que tenía que ver con el negocio: fue a Costa Rica a capacitarse y conocer todo sobre el negocio. Estudió el mercado y certificó su escuela para tener la credibilidad de los papás.
“Esto requiere mucha pasión y optimismo, pero hay que asesorarse bien y hablar con gente experimentada, que ya tenga éxito en sus negocios para que te digan cómo hacer exitoso el tuyo.
Y vaya que ha atraído el éxito con su empresa. Según Patricia, el 60% de todos sus clientes han llegado por recomendación y el resto, tras conocer de la empresa a través de las redes sociales. “Para ser grandes hay que comenzar siendo pequeños”, dice contenta.