Desde su cama en el Hospital Neumológico, Donatila Monterrosa siente un poco la brisa que entra por la ventana, antes de levantarse y cerrarla por el temor a que le haga daño. Es una brisa que le recuerda el clima que distinguía a Los Planes de Renderos durante su infancia, piensa Lidia Monterrosa, al ver a su hermana cerrar la ventana.
Donatila, de 80 años, y Lidia, de 64, nunca habrían adivinado que en algún momento de sus vidas sería el estruendoso arrancar de los motores de buses lo que las despertaría cada madrugada, seguido por el asfixiante olor a gasolina. No lo hubieran imaginado sobre todo en los años de su juventud cuando amanecía más fresco que de costumbre y con una neblina tan espesa que a veces se colaba a la casas por las ventanas abiertas… Ahora, lo que amenaza con meterse sin invitación es el humo de los autobuses y vehículos que pasan todos los días frente a su casa.
Donatila vive con su hermana y su familia en San Jacinto, donde conviven con el punto de una concurrida ruta de autobuses. “Usted sabe…”, comienza a decir Lidia, deteniéndose momentáneamente para ver a su hermana a quien le han retirado la cánula nasal de oxígeno con la intención de evaluar la resistencia de sus pulmones, “hay buses nuevos y otros que… ya no dan, pero siempre andan circulando, eso nos afecta”.
Los médicos del hospital sospechan que Donatila estaría desarrollando Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Al menos ahí en el hospital, construido lejos del centro con la intención de asegurar un ambiente adecuado para los pacientes con graves problemas respiratorios, Donatila siente que ha mejorado un poco, pero se pregunta cómo seguirá al regresar a casa.
Normalmente, Donatila no sale mucho de su casa en San Jacinto. “Es que, a veces, con tan solo salir a la puerta de la casa se siente el malestar por el humo. Pero no es solo a ella, sino que a todo el mundo nos afecta”, comenta Lidia.
Sus problemas respiratorios podrían estar más relacionados al constante uso de la cocina de leña en su juventud.
Junto con el humo del cigarro, esos dos factores se mantienen como las principales causas del EPOC en las personas mayores de 40 años.
Pero se han comenzado a detectar más casos de personas que no han tenido un contacto prolongado con cocinas de leña o humo de cigarro, pero que sí han estado expuestas por largos períodos de tiempo al humo de los vehículos.
Indague cuáles son los daños a la salud, inmediatos y a largo plazo, que provoca la contaminación del aire
Especial: ¿Es seguro respirar en San Salvador?
Personas que han tenido sus puestos de venta en las calles o cobradores, son los casos que la neumóloga Lorena Orellana ha identificado tanto en su consulta como en el Hospital Nacional General de Neumología y Medicina Familiar Saldaña “Dr. José Antonio Saldaña” o Neumológico.
Los daños directos a la salud de las personas dependen del nivel de concentración del material particulado. Entre más alto, más corren riesgo, no solo aquellas personas susceptibles, sino también toda la población en general.
Pero Orellana señala que el tiempo que dure la exposición al contaminante también influye.
“Si la concentración es menor, pero la exposición es larga, igual de dañino será”, advierte la especialista.
Las personas que pasan todos sus días al lado de calles concurridas, atendiendo su puesto de venta con la compañía, en muchos casos, de sus hijos menores, están expuestos a desarrollar enfermedades respiratorias crónicas con el paso de los años.
¿Un aire que puede matar?
A mediados de este año, San Salvador se encontró entre las primeras tres capitales de Latinoamérica con mayor contaminación del aire, de acuerdo a un informe emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), al tener una concentración anual de 42 µg/m3 del contaminante PM2.5. Para la OMS el límite en la concentración debe ser de 10 µg/m3 para garantizar la salud de las personas.
A partir del 2015 hubo una ligera mejoría en la calidad del aire, pero en julio de este año el Juzgado Ambiental de San Salvador emitió una serie de medidas cautelares para acelerar la reducción de la contaminación del aire.
En su resolución, el juez Samuel Lizama señaló que la contaminación atmosférica, principalmente la que es producto del parque vehicular: “Es uno de los casos de contaminación ambiental más significativos de El Salvador”.
Daños en la salud a largo plazo no son las únicas consecuencias. La OMS ha advertido sobre la relación entre las muertes por padecimientos respiratorios y la mala calidad del aire. Solo en 2012, el país reportó 1,498 muertes por contaminación del aire.
La neumóloga Orellana advierte que, al no tomar en cuenta las consecuencias de la exposición a un aire dañino, las personas que buscan mejorar su condición física podrían estarla poniendo en riesgo sin saberlo.
¿Cómo se prepara una persona que sale a correr todas las mañanas?
Seguramente iniciará con un calentamiento, vistiendo ropa y zapatos adecuados, llevará una botella de agua y considerará si lleva o no lleva su billetera, dependiendo de la zona donde vive. Pero es muy poco probable que piense en revisar cuáles son las condiciones del aire en ese momento.
El monitor en línea del aire del MARN muestra las concentraciones del material particulado que contaminan el ambiente.
El pensar que por las mañanas el aire está más puro, podría ser un mito, ya que en muchas ocasiones se puede apreciar un manto negro que cubre San Salvador.
“Las personas que están corriendo cuando está la capa negra tienen un patrón respiratorio más rápido o respiran por la boca, ellos están captando más las partículas, puede que haga más daño”, explica Orellana.
En las estaciones se ve la relación directa entre las horas de mayor contaminación con las de mayor tráfico.
Todos los días de 6:00 a 9:00 de la mañana hay picos de contaminación, y nuevamente entre las 5:00 y las 7:00 de la noche.
“Hay una relación directamente proporcional al transporte con la generación de material particulado”, expone Claudia Salazar, técnico en química y calidad del aire.
Este año Medio Ambiente presentó el protocolo para actuar ante emergencias por contaminación del aire.
Si el plan hubiera estado activo para 2014, cuando hubo cinco días consecutivos con una concentración de PM2.5 que superaba los 100 µg/m3 diarios, llegando un día a 250 µg/m3, la zona de Soyapango tendría que haber entrado en alerta y emergencia.
Al consultar sobre el alcance del protocolo, Salazar expone que falta mejorar la comunicación entre las instituciones, como Salud y Educación para el momento de actuar.
Por el momento, aún esperan poder implementar planes de regulación del tráfico y tener equipos para pronosticar la contaminación del aire, pero el MARN aún necesita fondos para lograrlo… Mientras tanto, usted respira bajo su propio riesgo.