1. CHALUPAS, MOLE Y MUCHO MÁS
Puebla, como la mayoría de los lugares en México, tiene sus platillos típicos del lugar. El más famoso, por supuesto, es el mole poblano:su aspecto oscuro -como consecuencia del chocolate- y su sabor lo hacen único. También hay que probar las chalupas, unas pequeñas tortillas fritas a las que se le pone salsa, cebolla y carne desmenuzada o pollo. En la lista no pueden faltan ni los chiles en nogada ni las cemitas.
2. SUS MAGNÍFICOS VOLCANES
Popocatépetl e Iztaccíhuatl son los más famosos. Según la leyenda, el primero fue un guerrero llamado Popoca quien, al regresar del campo de batalla, se encuentra que su amada, la princesa Iztaccíhuatl, ha muerto, por lo que él llevó el cuerpo de ella hasta un monte como ofrenda para los dioses, convirtiendo a ambos en volcanes. Por esa razón al otro se le llama “la mujer dormida”. Hay excursiones para visitarlos, incluso cuando tienen el pico nevado.
3. UNA IGLESIA PARA CADA DÍA
A Puebla se le considerada la ciudad de las Iglesias. Entre las que hay allí y las del municipio de San Pedro Cholula hay más de 365. Destaca, por supuesto, la catedral de Puebla, que fue el primer gran templo suntuoso de América, incluso antes que la del Distrito Federal. Según la leyenda, fueron los ángeles quienes subieron las campanas a la torre norte de Catedral, una de ellas conocida como la ‘campana María’.
4. EL CALLEJÓN DE LOS SAPOS
Así se le llama al colorido y vivaz barrio que se encuentra en la calle 6 Sur, entre la 5 y la 7 Oriente, lugar original del tianguis. Ideal para visitar cualquier fin de semana. Todo empezó como un espacio de venta de antigüedades hace ya más de treinta años se empezaron a instalar para comercializar sus piezas. Pero hoy es mucho más que eso: bares, restaurantes, cafés y tiendas de artesanías han convertido el lugar en una visita impostergable para todos los turistas.
5. LA CAPILLA DEL ROSARIO
Después de la catedral, es la más visitada de Puebla. ¿Por qué? Es un ejemplo perfecto de la arquitectura barroca. Ubicada en Templo de Santo Domingo, es considerada como la octava maravilla del nuevo mundo debido al oro de su decoración. Fue la primera en todo México dedicada exclusivamente a la Virgen del Rosario.2 Su construcción cumplía con un doble propósito: rendir culto a la Virgen y enseñar a los fieles el rezo del Santo Rosario.