Fantina Andino rompió paradigmas en un mundo totalmente masculino

La gerente general de GBM lleva 20 años en el cargo. Alienta a la mujer a buscar su camino a través de la educación.

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elsalvador.com

Por Revista Mujeres

2016-12-30 8:27:00

¿Cuál considera su mayor logro alcanzado?
Un logro emocional, que es ser mamá de dos personitas gemelas, Pancho y Mario, que ahora estudian en Vancouver. En cuanto a lo profesional, mi meta era trabajar para IBM, y apenas me gradué me contrataron allí para un programa de entrenamiento. En aquella época, al igual que ahora, el porcentaje de mujeres era muy bajo. Ese fue el primer logro, y luego ser la primera mujer gerente general de GBM, que es el distribuidor de IBM. Rompí paradigmas en un mundo totalmente masculino. Parte de mi éxito fue formar un clúster, con mis padres y mis hijos para ayudarme para poder estar ahí cuando yo no podía…


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¿Qué le falta por lograr?
Uno siempre se traza metas. Creo que una de las que me falta es servir a mi país de algún modo. Soy rotaria y participo de diferentes tipos de servicios, creo que tengo un don para servir. No solo se puede servir al país desde la política, también desde otras organizaciones.

¿Qué le gusta hacer cuando tiene tiempo libre?
No tengo mucho tiempo libre, soy una persona muy activa. Siempre me van a encontrar haciendo trabajo para la comunidad, recolectando fondos. Además soy muy espiritual, tengo una conexión muy especial con Dios, soy muy activa en la Iglesia.

¿Qué tareas no hace en casa? ¿Y cuales sí?
Cocino el fin de semana. Eso me quita un montón de estrés, sobre todo practicar nuevas recetas. Cuando tenemos casa llena, la cocina es un punto de atención importante. Además, tengo un hijo que es chef. También disfruto los perros, ahora solo me queda uno, pero he llegado a tener tres. Los paseo mientras respiro al libre aire y camino… ¿Cómo manejo mi casa? Igual que en la empresa, empoderando gente. La clave es aprender a delegar.  


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¿Cuál fue el momento más difícil de su carrera?
Allá por 1989. Yo trabajaba para IBM y mi familia decidió, en tiempos de la guerra, irse a vivir a Canadá. Yo empezaba a hacer carrera. Ya me perfilaba como ejecutiva de alto nivel, pero tuve que renunciar. A las dos semanas ya estaba en Canadá y tenía trabajo en General Electric, una empresa grande. Fue difícil renunciar, pero también gratificante que al regresar a mi país volví a trabajar en IBM y en un cargo superior. 

¿Cuáles son los retos de la mujer salvadoreña?
Ser influencia para otras mujeres. Al mismo tiempo, fomentar la educación en las mujeres, hacerles creer que pueden lograr las metas que ellas se proponen. Las mujeres somos ordenadas, leales, apasionadas, perfeccionistas. Tienen que prepararse y educarse. Además, cuidar de su propio cuerpo, ser responsables con su natalidad. Ese es un tema difícil, sobre todo en áreas rurales. Las mujeres salvadoreñas tienen que tomar la decisión de ser protagonistas de sus vidas y no víctimas. 

¿Cuáles son las mujeres internacionales que más admira?
Madre Teresa de Calcuta, porque se despojó de todo para servir a la gente. Margaret Thatcher, porque rompió paradigmas, una mujer que ha dejado bastante huella.


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¿Cuál es el básico de una mujer ejecutiva?
Tacones negros y cartera negra, el resto depende de tu figura. No le invierto mucho tiempo, pero me preparo el día anterior. Esto ha cambiado. Antes era traje sastre azul con camisa blanca. Hemos evolucionado un montón, ahora se usa el vestido más informal, unos buenos accesorios…

¿Cuál es el aporte de una mujer en el ambiente laboral y cuál es el del hombre?
Es importante tener un equipo de trabajo balanceado entre hombres y mujeres, porque ahí se da el verdadero complemento, y mucho más si mezclas generaciones. El hombres es simplista, es más decidido, es más cazador. Por ejemplo, en ventas, va, caza su presa y regresa: es más práctico. La mujer ve los pequeños detalles, va más allá de lo que le piden.