En vísperas de un nuevo intento oficialista para lograr más endeudamiento, la policía controlada por los efemelenistas capturó al expresidente Saca, contra quien ya se había iniciado juicio, y a varios colaboradores suyos que no estaban procesados.
Al expresidente se le acusa de haber desviado a cuentas propias y de colaboradores cercanos más de 246 millones de dólares.
Lo actuado, empero, deja una sensación de parcialidad, comenzando porque a Funes se le dejó ir pese a sus muy abultadas señales de enriquecimiento, como tampoco se ha procedido contra el expresidente de la Legislatura, que ha tenido un milagroso tránsito de impecunio a inversionista de altos vuelos, pavonearse con muy costosos ropajes, hacerse inútiles cirugías, así como muchos otros casos de enriquecimiento ilícito que la población conoce.
Al unísono con las capturas, el oficialismo, los troles que se sabe quién los manipula y todo el corifeo del escándalo, tratan de desprestigiar al principal partido de oposición, que justificadamente se opone a extender cheques en blanco a un gobierno que se muestra al borde de la insolvencia.
La clásica representación de la justicia es la de una bella mujer, vendada de los ojos, que sostiene una balanza, clásico símbolo de imparcialidad. O como localmente se dice, “o todos en la cama o todos en el suelo”. No puede privilegiarse a un grupo y perseguir a otro cuando de ambas partes hay señales de saqueo a las arcas públicas.
Saca fue expulsado de ARENA por sus acercamientos con Funes, a quien en un momento asesoraba, y las extrañas movidas previas a la elección de 2008 en las que participó su secretario de comunicaciones, ahora detenido. Pero una cosa es la ARENA de hoy y otra muy distinta la agrupación que Saca encabezó desde el momento en que asumió la presidencia.
La ARENA que se resiste a nuevos endeudamientos y a que el partido oficial se quede con ahorros de los trabajadores, es una ARENA con nuevo liderazgo y comprensión sobre lo que pretende un régimen de tragaderas inmensas que está destruyendo la economía del país, ha generado gran desempleo y ha empobrecido a los pobladores, revirtiendo la previa tendencia que estaba erradicando la pobreza.
El próspero país que fuimos
camino de lo venezolano
El grupo en el poder continuamente tiene posturas bipolares y consigue seguir arruinando el país valiéndose de votos de diputados que oyen voces desde lo alto, aunque las realidades han racionalizado las posturas de los partidos menores.
Toda la oposición debe sacar enseñanzas de lo que sucede bajo una dictadura comunista, controlada por un partido único y por cabecillas que sólo muertos entregan sus poderes. Nunca hay elecciones internas, nunca debate sobre dogmas, nunca hay ni perdón ni olvido, nunca aprenden.
Hay que ver lo que sucede con los partidos políticos una vez que los comunistas están en control: los tiran por la borda, como están ahora atacando grupos de los que antes se sirvieron, como los médicos y los municipios.
La burla a la ciudadanía es permanente, pues exprimen a la población, se endeudan sin que no se sepa a ciencia cierta adónde van a parar esos dineros y adoptan la postura de “después de mí, el diluvio”, que otros (los salvadoreños que no participan en el festín) carguen con sus deudas.
A lo que vamos en esta nave en manos de timoneles incapaces y sin vergüenza es a un desastre a la venezolana…
Trágico destino para nuestro país, que en su momento fue líder regional.