Maestros piden ayuda para reparar su escuela en Soyapango

Docentes de este centro soyapangeco explican que casi el 100 % del techo está dañado y afecta para trabajar con los niños. También necesitan mejorar el mobiliario, el equipo informático, entre otros

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El techo dañado es el principal problema que "en invierno convierte las aulas en piscinas", según uno de los profesores. El presupuesto del centro escolar es insuficiente para reparaciones.

/ Foto Por elsalv

Por Susana Joma

2016-11-01 4:44:00

Los estudiantes y docentes del Centro Escolar Colonia Los Alpes, de Soyapango, cierran un nuevo año escolar  trabajando en condiciones precarias y temen que en 2017 la situación no sea tan diferente sino encuentran pronto una mano amiga que les ayude a sustentar las múltiples necesidades que tienen.

Moisés Omar Menjívar, un docente que imparte la materia de sociales a los alumnos de tercer ciclo y tiene 32 años de laborar en la institución, explicó que el cien por ciento del techo está severamente dañado. 

Si bien el problema del techo lo arrastran desde hace ocho años, Menjívar sostiene que  en los últimos tiempos se ha agudizado, y a pesar de que  desde la dirección del centro se han hecho varias gestiones, tanto  con el Ministerio de Educación (Mined) así como con empresas de la zona,  hasta el momento no han recibido ayuda alguna.

Desde su fundación, que estiman fue en 1974, la escuela solo ha tenido un cambio de techo, eso había ocurrido en 1985, pero el periodo de vida útil ya venció.

De allí que cada vez que llueve, debido a que el agua se cuela por los agujeros del techo, los niños y docentes tienen que correr con los pupitres de un lado a otro de los salones, que al final siempre terminan inundados.  

“El problema es que las aulas se llenan de agua y se convierten prácticamente en piscinas, entonces se vuelve imposible trabajar en ellas”, afirma el profesor.

Se da el caso que ante las lluvias de la tarde, que suelen ser más fuertes, los  padres de familia optan por retirar a sus hijos.

El presupuesto que el Mined entrega anualmente a  la escuela, según datos proporcionados por las autoridades de la institución, ronda los dos mil dólares; pero según lo que explican en la escuela este resulta insuficiente para llevar a cabo  proyectos grandes como el cambio total del techo, la reparación de pisos de varios pasillos, el cambio de cielo falso, el mantenimiento del sistema eléctrico.

En este año el centro educativo ha atendido 380 escolares, desde kinder hasta noveno grado. Todos  provienen de  comunidades pobres, entre ellas Lomas del Río, El Cacao y Viuda de Dueñas. 

El profesor de sociales y su colega Ana Ruth de Urbano, quien brinda Lenguaje y Literatura, testimonian que gracias a la colaboración económica y física que obtienen de los padres de familia y alumnos han logrado construir el aula de párvulos, pero aún falta cubrir otros requerimientos como la reparación de mobiliario escolar, mejora de ventanales, el mantenimiento  de las pocas computadoras que tienen. También demandan  materiales educativos actualizados, entre otros.

“A sabiendas de que ellos vienen de condiciones bien difíciles, deberían de tener una escuela con un ambiente más agradable, con más comodidad, pero no le podemos ofrecer eso”, explica la profesora, tras comentar que los pasajes de las comunidades, así como las viviendas donde residente los niños son muy estrechas por lo que prevalece el hacinamiento.

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Finalizar la construcción del muro perimetral, además de la compra e instalación de alambre raizor para protección del centro también está en la lista de necesidades que enfrenta la institución.

La profesora De Urbano no se explica cómo la escuela, que tiene categoría de albergue, está tan abandonada.  Según cuenta durante una emergencia que ocurrió hace unos años varias familias fueron llevadas a refugiarse allí pero  dadas las malas condiciones de la escuela al siguiente día  tuvieron que salir de vuelta a sus casas.

Ambos educadores también recuerdan con precisión como el año pasado durante la ceremonia de rendición de cuentas institucional cayó una tormenta y  todos los invitados tuvieron que correr a refugiarse en el aula del centro de cómputo, que junto con la parvularia son por el momento los únicos lugares donde no hay goteras.

La institución no cuenta con un área adecuada ni para la preparación del alimento escolar ni para que los alumnos lo consuman. 

Pese a lidiar con tantas carencias los docentes hacen lo propio. Muestra de ello es que previo al cierre de fin de clases impulsaron, junto a los escolares de tercer ciclo, la adecuación de un pequeño espacio al aire libre para que sirva como área de lectura. Sin embargo, hacen un llamado a empresas y personas altruistas para que les canalicen ayuda en aras de mejorar las condiciones de enseñanza.