La crisis de El Salvador: reflexionemos juntos

Nos acercamos al XXV aniversario de los Acuerdos de Paz  en medio de una crisis política sin precedentes desde 1992. La ciudadanía exige cambios importantes en nuestra vida política, y los exige ya.

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El proceso de consolidación de las operaciones de los dos bancos en Guatemala tomará entre un año y un año y medio, según previó Quevedo.

/ Foto Por Gerson Sánchez

Por Carolina ??valos*

2016-11-07 9:27:00

A más de dos mil 400 metros de altura desde Machu Picchu, la “Montaña Vieja” en el santuario histórico y patrimonio de la humanidad, hago una reflexión para mi querido país.

Machu Picchu es una de las nuevas maravillas del mundo moderno. Construido antes del siglo XV, es una ciudad majestuosa, que devela la impresionante organización de la sociedad Inca y su sorprendente conocimiento de arquitectura e ingeniería. En Machu Picchu, además, pueden sentirse los más de seis siglos de historia humana que ha logrado rozarla. Es un lugar que llena de mucha tranquilidad y que ayuda a meditar sobre los temas tan complejos que nos envuelven diariamente en nuestras sociedades hoy en día.

¿Qué lección aprendí aquí? Que al final somos nosotros mismos, los seres humanos, los que le damos forma a la sociedad que queremos y erigimos. Es en la búsqueda de ese legado que diseñamos cómo también debemos y podemos transformarla.

La sociedad salvadoreña enfrenta problemas tan complejos que pareciera que pasará más de medio siglo para ver un cambio sustancial hacia su modernidad y democracia plena. Las decisiones políticas y de los gobernantes se tienen que dar bajo criterios de un conocimiento íntegro de la realidad, del buen manejo de los recursos disponibles en nuestra sociedad (naturales, culturales, sociales, financieros, físicos) y bajo los principios democráticos.

La situación actual de El Salvador en todos los ámbitos del desarrollo se explica en gran parte por el manejo inapropiado y poco eficaz de la cosa pública. Por otra parte, contamos con un sector privado que funciona en un entorno con muchas deficiencias, a saber: inseguridad jurídica; baja competitividad; y en un mercado de trabajo muy fragmentado, con un alto nivel de informalidad. Además, en el país contamos con una sociedad civil todavía débil, pero cada vez más organizada, activa y participativa. A pesar de su limitada organización, es evidente que la ciudadanía salvadoreña demanda mayor transparencia, y se ha vuelto intolerante ante la corrupción y la impunidad.

¿Qué decisiones deberían adoptar nuestros gobernantes para llevar El Salvador hacia el futuro?

En primer lugar, nuestros gobernantes deben apostar, de verdad, por nuestro recurso más importante: nuestros ciudadanos, que siguen en una parte considerable, olvidados, enfrentándose a la alternativa de la mera subsistencia y la migración. Mientras carezcamos de servicios públicos de una mínima calidad la política oficial hacia ese sector  será “pura paja”.

En segundo lugar, nuestros gobernantes deben implementar políticas realistas y eficaces de desarrollo económico, que generen puestos de trabajo digno y riqueza nacional. ¿De qué sirve “soñar” con plataformas logísticas regionales o con desarrollos turísticos, si nuestros gobiernos no han logrado hasta hoy poner las bases y generar los acuerdos para convertirlas en realidad?

Tercero, nuestros gobernantes deben superar definitivamente la mentalidad de confrontación, heredada de la guerra, y que sigue tan presente en nuestra vida política, mediática y social. Creo que no es exagerado decir, y lo digo con tristeza, que el principal enemigo para el desarrollo de El Salvador en todos los ámbitos, en los últimos 25 años, hemos sido nosotros mismos.

Nos acercamos al XXV aniversario de los Acuerdos de Paz  en medio de una crisis política sin precedentes desde 1992. La ciudadanía exige cambios importantes en nuestra vida política, y los exige ya. Hay dirigentes y representantes de la sociedad que podrían ser parte de la solución de esta crisis, otros, por desgracia para los ciudadanos y vergüenza para ellos, seguirán siendo parte del problema.
    

*Columnista de El Diario de Hoy.
@cavalosb