???Surprise!???

El mensaje que Trump y su campaña han dado es que quienes eligen al gobierno no son ni los comunicadores, ni los artistas, ni las casas de encuestas… sino “the little people”: la gente.

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La comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa se reunió el jueves para aprobar el dictamen de los bonos y de la ley.

/ Foto Por Jorge Reyes

Por Carlos Mayora Re*

2016-11-11 8:11:00

Se equivocaron, una vez más las encuestas se equivocaron. En la mañana del martes nadie apostaba por Trump. Pero al final del día los hispanos habían votado por él (no todos, es cierto, pero sí bastantes más de los que se esperaba), Hillary tuvo menos votos que los que ganó Obama en el 2012, los norteamericanos con mejor nivel de educación la siguieron apoyando, pero gran cantidad de ciudadanos, los trabajadores y asalariados, votaron más por el republicano. Ganó el que tenía “todo” en contra, menos –claro está- muchos votantes. 

La sorpresa ha sido por partida triple: además del Presidente, Senado y Cámara de Representantes van a ser republicanos. Dejando todavía más claro que ni los politólogos, ni los comentaristas, ni la “intelligentsia” o élite intelectual norteamericana comprenden a cabalidad a su mismo pueblo. 

El mensaje que Trump y su campaña han dado es que quienes eligen al gobierno no son ni los comunicadores, ni los artistas, ni las casas de encuestas, ni los líderes de opinión, ni los tuitstars… sino “the little people”: la gente. Y que, a fin de cuentas, es más importante atender las necesidades de las personas, que presentar una ideología, porque si bien la salud de la economía es clave, además de los puestos de trabajo y la seguridad nacional, los valores como la familia, la educación y el sentido de nación (más que la xenofobia) pesan, y mucho, en la consideración de los electores. 

No termino de creer en el éxito del discurso del voto antisistema, principalmente al ver la mínima diferencia de puntos porcentuales con que los demócratas aventajaron -paradojas del método de elección- a los republicanos en el voto popular. Prefiero pensar que Trump ganó por su empeño en presentar la política como lo que debe ser: un modo de servir a la gente, de enfocarse en sus necesidades (que algunos, equivocadamente, les ha dado por llamar populismo); en contraste con el planteamiento de Hillary, que olía más a un “voten por mí” opuesto al “voten por ustedes” del contrincante; posturas caracterizadas por los lemas de campaña: el “I’m with her” rechinando contra el “make America great again”.

Ya entrada la noche del pasado martes sacaba cuatro conclusiones: 1. La gente no es tonta y sabe muy bien por qué vota y por qué no vota: toma sus propias decisiones; 2. Una cosa es la realidad de los medios de comunicación y las redes sociales, y otra la realidad “real”, la de las personas y sus circunstancias de vida: las de quienes llegan con problemas de salud y no encuentran solución en las instituciones del estado debido a la burocracia y a la ineficiencia, la de los que ven cómo sus hijos crecen en una sociedad con valores morales y culturales promovidos por el establishment y los medios de comunicación, muy diferentes a los suyos, etc.; 3. Las encuestas y los sondeos se han vuelto cada vez más autorreferenciales y al servicio de los que pagan o tienen poder: en lo que va del año llevamos tres fracasos estrepitosos: el brexit, el NO en Colombia y ahora la sorpresa americana. En cierta manera “reality killed the poll star”, y 4. El resultado de las elecciones está poniendo nerviosos a muchos en este país, y no solo por motivos ideológicos, sino también por asuntos más personales relacionados con su vida pública y sus actuaciones presentes o pasadas al margen de la ley. 

La democracia tiene estas cosas; y, como dijo el presidente electo en su discurso de victoria, es capaz de lograr que “los hombres y mujeres olvidados de este país, puedan dejar de serlo”.

*Columnista de El Diario de Hoy.
@carlosmayorare