Joven pasó preso 22 meses por el asesinato de un policía que no cometió

Fue encarcelado luego de que un pandillero, con beneficios penales, hiciera una descripción física que a la Policía le pareció que coincidía con él. El juez del caso se percató del error. Para entonces, el preso llevaba 22 meses insistiendo en que era inocente. Nadie le había creído. 

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El 29 de agosto de 2014, el agente policial Dimas Noé Aguilar Vásquez fue asesinado en Caluco, Sonsonate. Por ese homicidio, una persona fue encarcelada injustamente por casi dos años.

/ Foto Por Archivo

Por El Diario de Hoy

2016-11-13 10:56:00

El 29 de agosto de 2014, el agente de la Policía Nacional Civil (PNC), Dimas Noé Aguilar Vásquez, de 38 años, fue asesinado en el caserío La Casona, del cantón Plan de Amayo, municipio de Caluco, cuando se dirigía a su trabajo, en la subdelegación policial de Izalco, Sonsonate.

Casi de inmediato, la Policía encontró un pandillero dispuesto a colaborar en el esclarecimiento de ese crimen. La Fiscalía le prometió “criterio de oportunidad” (beneficios penales a cambio de su colaboración). Le asignaron el nombre clave Circo.

Circo les hizo una descripción detallada de cómo el día anterior habían planificado el asesinato, “porque el policía le caía mal a un pandillero”, y de la ejecución del mismo.

Según la acusación formal (requerimiento fiscal), Circo les proporcionó todas las características de los miembros de la pandilla 18 de la facción sureña que habían participado en el asesinato.


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Con base en las características físicas proporcionadas por Circo, los investigadores de la División Antihomicidios de la Policía le fueron mostrando al testigo las fotos de los posibles sospechosos. 

Incluso, en documentos judiciales se deja entrever que en la investigación se inventaron pruebas, las cuales pasaron inadvertidas para la Fiscalía y el Juzgado Especializado de Instrucción de Santa Ana. 

Circo, según la acusación formal de la Fiscalía, fue identificando uno a uno, incluyendo a Fermín Andrés Galdámez Gil, un joven originario del municipio de Izalco pero que, a la fecha, cuando el policía Aguilar Vásquez fue asesinado, ya no vivía en esa ciudad sino en una colonia de Chalchuapa.

El testigo indicó que había visto a Galdámez Gil antes y durante el asesinato del agente policial que estaba destacado en la subdelegación de Izalco. Incluso aseveró que vivía en el cantón Plan de Amayo, municipio de Caluco.

Sin embargo, de acuerdo con fuentes policiales, familiares de Galdámez Gil y con documentos de identificación, el señalado había vivido en el barrio La Otra Banda, de la ciudad de Izalco. Ahí se había criado con su abuela y varios tíos. Posteriormente, conoció a una joven con la que se fue a vivir a Chalchuapa. Nunca vivió en Caluco y menos en el cantón Plan de Amayo.

El inicio de una injusticia

Con base en la descripción física que el testigo Circo proporcionó, dos investigadores elaboraron una acta de identidad. En tal documento se lee: “… se hace constar que al revisar los archivos informatizados de perfiles delincuenciales, con base a las características proporcionadas por el testigo clave Circo, que corresponden al sujeto Fermín Andrés Galdámez Gil, alias Saibor, el cual fue identificado”.

Tres días después, fue elaborada el “Acta de recorrido fotográfico” en donde el testigo Circo reconoció “positiva y espontáneamente” a Galdámez Gil de entre cinco fotografías mostradas, en las cuales, según esa acta policial, el número tres correspondía al sospechoso. Este reconocimiento lo hizo ante la fiscal del caso y dos investigadores de la Unidad Antipandillas y Homicidios.

Con esa información, el 16 de octubre, la Fiscalía ordenó capturar a Galdámez Gil el 16 de octubre de 2014. No tardaron en arrestarlo.

De acuerdo con el proceso judicial al cual se tuvo acceso, en uno de los documentos presentados por la Fiscalía dice que la fotografía mostrada a Circo fue extraída de la “Ficha delincuencial que en los primeros días de septiembre de 2014 había proporcionado el encargado de la oficina de Control y fichaje de la delegación policial de la ciudad y departamento de Sonsonate”. 

Sin embargo, la ficha número 27644, elaborada supuestamente el 13 de enero de 2014, no contiene ninguna fotografía. Ese día, supuestamente, Galdámez Gil fue arrestado por el delito de resistencia cantón Comalapa, de Caluco.

Luego, el 27 de enero de 2015 hicieron otro reconocimiento en rueda de fotografías; esta vez en las instalaciones del Juzgado de Primera Instancia de Izalco. El acta consigna el mismo resultado: Circo identificó “positiva y espontáneamente” a Galdámez Gil entre las mismas cinco fotografías que le mostraron.

Además, desde el inicio de las investigaciones, el testigo Circo aseguró a los detectives y a la fiscal del caso que Galdámez Gil tenía tatuajes en el pecho y en la espalda, alusivos a la pandilla 18: un uno y un ocho.

Galdámez Gil insistió en que era inocente. 

Llegó el 21 de diciembre de 2015. En esa fecha le hicieron una inspección corporal en las instalaciones de la subdelegación 911 de la policía de Sonsonate.

En esa diligencia estuvieron presentes la fiscal asignada al caso, el juez especializado de instrucción de Santa Ana y su secretario y el defensor particular de Galdámez Gil.


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Pese a que en esa diligencia quedó establecido de que el imputado no tenía los tatuajes que el testigo Circo había descrito, Galdámez Gil continuó en prisión.

Se desconoce por qué la defensa de Galdámez Gil no hizo nada por solicitar, inmediatamente después de haber visto que la descripción de Circo no coincidía, respecto de los tatuajes, con la de su cliente.

Cualquiera podría ser Galdámez Gil

El 30 de agosto de este año, el Juzgado Especializado de Sentencia, a cargo del juez Carlos Linares Ascencio, realizó la vista pública o juicio público contra Galdámez Gil.

Fue durante el juicio, 22 meses después, que ¡por fin! alguien escuchó al imputado. 

Cuando el juez le concedió la palabra a Galdámez Gil, éste se levantó la camisa para mostrar, una vez más, que no tenía tatuajes alusivos a la Pandilla 18 ni a otra.

 En ese momento el juez, con sus colaboradores, se retiró de la sala a espulgar por completo el expediente judicial. 

Fue entonces cuando se percataron de que la ficha policial de Galdámez Gil no tenía foto, como aseguraban la Fiscalía y Policía que de ella habían extraído la fotografía para que el testigo Circo lo reconociera.

Además, el juez observó que la fotografía que la Policía y Fiscalía le presentaron a Circo en el recorrido fotográfico era la da una persona distinta al imputado.

“Es dejar por sentado que el resto de diligencias en cuanto a la identificación del imputado fue casi nula, con características y hallazgos vagos y generales de cualquier persona; no percatándose los investigadores o agentes policiales, que con tales características cualquier persona podría coincidir con lo manifestado por el testigo con clave Circo”, reza en parte la sentencia en la que se declaró inocente, tras 22 meses de estar en bartolinas policiales, a Galdámez Gil.

En la misma, el juez Linares Ascencio reprocha que la fiscal del caso no se hubiese percatado del “gravísimo error que se estaba cometiendo al acusar a otra persona desde el inicio de todas las etapas del proceso”, pues no era la que el testigo había identificado al inicio de la investigación.

Incluso hasta el mismo día de la vista pública o juicio, la fiscal del caso pidió al juez que condenara a Galdámez Gil, según consta en la resolución judicial.

El Diario de Hoy solicitó la posición oficial de la Fiscalía sobre este caso, pero tras dos semanas de esperar la respuesta, ésta no llegó.