En 1939, el mundo tuvo la oportunidad de ver a Judy Garland en El Mago de Oz chocar sus zapatillas rojas y decir “no hay lugar como el hogar” para transportarse desde el mundo de Oz hasta su casa en Kansas.
Ahora, esas zapatillas están en el Museo Nacional de Historia Americana de Estados Unidos, en donde han permanecido a la espera de un restauración.
Las zapatillas formaron parte de una colección que los estudios MGM mantuvo desde los años 30 hasta 1970, cuando decidió destruir el set completo de zapatillas y preservar una sola. Estos tacones están cubiertos en lentejuelas rojas, que con el tiempo se han ido destiñendo y cayendo de la superficie.
Fue ante esto, que el Museo lanzó una campaña en Kickstarter para recaudar $300,000 que ayudarían a la restauración del calzado.
El 23 de octubre pasado, el Museo anunció que llegó a la meta y actualmente están trabajando en la preservación de los tacones.
Asimismo, informaron que lanzarán otra campaña para restaurar los tres trajes del filme, utilizados por el león, el hombre de hojalata y el espantapájaros.