Eliseo C.R., (el nombre real ha sido cambiado) de 42 años, estaba hincado esperando a que un pandillero le disparara. Pero dos de sus hijos, de 17 y 22 años, se percataron del hecho y en vez de huir enfrentaron a cuatro miembros de la Mara Salvatrucha salvando así a su padre de una muerte segura.
El hecho sucedió esta tarde en el cantón Ánal Abajo, una recóndita zona rural, del municipio de Nahuizalco, departamento de Sonsonate.
La hazaña, sin embargo, mantiene en estado delicado al joven de 22 años, quien recibió un disparo de revólver en el cuello, en tanto que el otro hijo de Eliseo estaba profundamente afectado emocionalmente y con varias heridas en las palmas de las manos, luego del ataque, según explicaron familiares cercanos.
Eliseo, por su parte, solo resultó con una herida de bala superficial en un costado del torso pues, aparentemente, en el preciso instante en que el marero iba a dispararle, el mayor de sus hijos le asestó un golpe con una piocha en la espalda. El marero se tambaleó aunque siempre disparó a Eliseo y le disparó al joven.
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Mientras eso ocurría, el hijo menor de Eliseo luchaba, con una cuma, contra los otros asesinos. Al ver que otro pandillero le iba a dar un machetazo a su padre (ya herido) le lanzó la cuma hiriendo en una pierna a otro de los atacantes, por lo que tuvo que luchar cuerpo a cuerpo con los delincuentes quienes al ver que ya eran dos los heridos, optaron por huir.
Uno de los delincuentes dejó sus zapatos manchados de sangre en el lugar del ataque.
Otros campesinos que a desde lejos vieron el ataque fueron quienes dieron aviso a la policía para que también llegaran a trasladar a los heridos hacia un hospital.
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A pesar de que algunos policías rastrearon las huellas de sangre, no lograron encontrar a los pandilleros heridos. “En alguna casa de por aquí cerca los han de tener escondidos. Aquí hay muchos familias que los ocultan o los ayudan a escapar después de que han cometido algún delito”, afirmó un policía.
