Lula Mena ya es un referente en la moda de accesorios —además de artículos para el hogar— en El Salvador y en otros destinos del mundo. Su nueva colección “Tejiendo Esperanzas” cruzó el continente y sedujo a Madrid, en la sexta edición de la Bienal Iberoamericana de Diseño. Mena quedó finalista.
Cada pieza expuesta fue elaborada bajo los cinco principios con lo que trabaja esta diseñadora artesanal desde que se inició en la profesión: ecoamigable, socialmente responsable, el rescate cultural, innovación a través del diseño y el empoderamiento de las mujeres. Todo a través de un comercio justo.
“Tejiendo Esperanzas” se concibió en 2015, cuando Mena tuvo a su disposición material que ya no era útil para la empresa de electricidad Del Sur. Bodegas llenas de “desechos” fueron para ella como una cajita nueva, llena de materiales originales. Entre todos ellos, encontró hilo de cobre, ahora convertido en elemento básico de la colección.
“Se me ocurrieron mil cosas cuando vi todos eso. Les presenté (a directores del programa de Responsabilidad Social Empresarial de la compañía) un proyecto, donde no solo proponía la reutilización del material sino que abarcáramos más cosas, que soñáramos, que fuéramos ambiciosos y que pudiéramos replicarlo”.
Lula lo hizo. Extrajo los materiales y comenzó a crear —en su mente y en papel— joyas, carteras y cojines. Su confianza para elaborar todos los productos la depositó en las manos de mujeres artesanas de Santiago Texacuangos (San Salvador) y Cara Sucia (Ahuachapán), con quienes trabaja desde hace muchos años.
La creadora comentó que las mujeres fueron capacitadas en la utilización de telares; trabajo y tradición realizada, estrictamente, por hombres. Mena quería empoderarlas y decidió que se crearan telares más pequeños para que fueran más cómodos.
Así se inició la fabricación de piezas “fuertes y delicadas”, como las define la autora. “Cuando hacés una pieza manual hay una conexión entre tu mente, tu alma y tu físico. No lo mirás, lo sentís. Estas piezas son esa dualidad de la mujer: fuerte y delicada”, afirmó.
Fue ese conjunto de conceptos, principios, materiales y brocados los que cautivaron a críticos de la bienal. “Tejiendo Esperanzas” ahora representará a El Salvador en 23 países durante una exposición itinerante que durará dos años.