A los vecinos de Nicolasa Beltrán López, de 82 años, les pareció extraño que su pequeña tienda no estuviera abierta el sábado, a las 7:00 de la mañana, como era costumbre, por lo que decidieron alertar a la Policía.
Una hora después, un grupo de agentes ingresó al inmueble, situado en el barrio El Centro, de Arcatao, en Chalatenango, y la hallaron muerta. La habían estrangulado con un cincho y le habían introducido un trapo en la boca.
Quienes cometieron el homicidio también se llevaron el dinero del negocio y otras pertenencias de la víctima.
Beltrán fue asesinada en la madrugada. La Policía presume que sus verdugos estuvieron vigilando la rutina de la víctima y cometieron el hecho porque sabían que vivía sola.
Además, las autoridades reportaron el homicidio de un hondureño en el cantón Monteca, de Nueva Esparta, La Unión.
La víctima no fue identificada, pero los forenses calcularon que tenía unos 27 años. Hace varios meses vino a trabajar a El Salvador, declararon algunos lugareños.
El hombre fue ultimado con arma de fuego y luego decapitado, según la Policía.
En otro hecho violento, el cadáver de un hombre fue encontrado en la Avenida Sucre, de la colonia Libertad, en San Salvador.
El homicidio fue cometido en la madrugada y la Policía fue alertada del hecho a través de una llamada telefónica.
La escena estaba entre los edificios K y M de la referida colonia. Según las autoridades, el muerto tenía un tatuaje en la espalda alusivo a la mara 18. Lo mataron con arma de fuego.
Por ello no descartaron que el móvil del hecho estuviera relacionado con su pertenencia a la agrupación delincuencial.
La Fiscalía General también reportó que un reo del penal de Izalco, en Sonsonate, murió tras haber sido vapuleado por otros reclusos. El hombre murió en el hospital a donde fue trasladado para recibir asistencia médica.