La semana pasada, una amplia coalición del sector privado, gobierno local, ONG y socios internacionales nos unimos para poner la primera piedra de un proyecto que revitalizará el Parque Cuscatlán, una joya nacional en el corazón de San Salvador.
Los que estuvimos presentes en el evento pudimos sentir que la ceremonia fue mucho más que un simple acto de colocación de la primera piedra. Fue la afirmación de que El Salvador y los salvadoreños valen la pena y merecen algo mejor. Quedó muy claro que todos los involucrados en este proyecto comparten un firme compromiso de traer nueva vida a los espacios públicos que en algún momento se perdieron frente a la amenaza del crimen y la violencia.
A la fecha, siete compañías privadas y fundaciones han comprometido su apoyo financiero al proyecto. Por su parte, el Concejo Municipal plural de la Alcaldía de San Salvador aprobó unánimemente una inversión de $4 millones para rehabilitar los senderos y las áreas verdes del parque, y se espera que los trabajos inicien en enero de 2017. Este proyecto nos demuestra que cuando las personas tienen la voluntad de trabajar juntas, El Salvador puede caminar hacia la reconstrucción de un sentido de comunidad, el cual es tan importante para mover el país hacia adelante.
Aunque podemos tener puntos de vista diferentes sobre una política u otra, todos comprendemos y coincidimos en que tener un lugar donde la gente pueda reunirse, socializar y donde los niños pueda jugar sin temor, es simplemente fundamental. Inyectar vida a los espacios públicos como el Parque Cuscatlán permite a los ciudadanos experimentar un sentido de orgullo sobre el lugar en el que viven y sobre quiénes son como comunidad. Se estima que con la renovación del parque, unas mil personas lo visitarán diariamente. ¡Solo imaginen cómo esto transformará a la comunidad!
Cuando el Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana desarrolló el Plan El Salvador Seguro, tenían muy claro que la represión del crimen por sí sola no creará la sociedad que los salvadoreños quieren. En el plan, los esfuerzos de prevención de la violencia y los servicios sociales tienen papeles preponderantes. De hecho, a estas categorías corresponden la mayoría de las intervenciones que se describen en el plan.
Por esa razón, el Plan El Salvador Seguro contempla la rehabilitación y revitalización de los espacios públicos. El Consejo de Seguridad destacó que estos espacios “contribuyen al encuentro, integración y transformación de la vida de las personas”.
Estados Unidos comparte el convencimiento de que la aplicación de la ley debe acompañarse con servicios sociales. De esta manera, las personas pueden ver que en sus comunidades es posible construir una vida para ellos mismos y para sus familias.
La ceremonia que realizamos la semana anterior y que dio el banderazo de salida a la revitalización del Parque Cuscatlán debe servir como una señal de esperanza para todos los que trabajamos para crear un El Salvador más próspero y seguro. Se puso de manifiesto que los salvadoreños están dispuestos a unirse para invertir en el futuro de este país. Los invito a encontrar otras maneras de involucrarse para ayudar a crear espacios públicos bellos y seguros para la gente de este país. El Salvador vale la pena.
*Embajadora de los Estados Unidos