Un nuevo informe elaborado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), a partir de entrevistas realizadas a 424 niñas y adolescentes, de entre 10 y 17 años que tuvieron un parto en 2012, mostró que el 90 % de ellas estuvo en una unión de hecho, es decir, acompañada o conviviendo con otra persona.
El estudio señala que nueve de cada 10 entrevistadas reportaron haber tenido una unión de hecho, y en algunos casos hasta dos.
El documento será presentado hoy por los funcionarios del UNFPA bajo el título “Maternidad y Unión en niñas y adolescentes: consecuencias en la vulneración de sus derechos. Informe final, 2016”.
De acuerdo con el Fondo de Población, “la práctica de las uniones en niñas y adolescentes ha recibido poca atención en América Latina y el mundo”.
También indica que “en El Salvador es un problema importante no solo de salud sexual y reproductiva, sino de derechos humanos, con un importante componente que reproduce las relaciones de poder, así como desigualdades y violencia de género”.
La situación es compleja, pues según lo expuesto por el organismo internacional las uniones en menores afectan de manera física, psicológica, emocional, educacional a las niñas y adolescentes que caen en esta situación.
En el documento, elaborado con datos de una encuesta realizada por el Ministerio de Salud y con información del Ministerio de Educación y otras instituciones, se precisa que este tipo de relaciones en niñas y adolescentes tienden a definirse como uniones forzadas, pues se asume que fueron sin el consentimiento de las menores.
Cerca de la mitad de las niñas y adolescentes que fueron abordadas para el estudio reportó haber terminado la relación porque “no estaba agusto” con su pareja.
Los especialistas del UNFPA no descartan que eso esté relacionado con altos niveles de violencia intrafamiliar.
La segunda razón por la que ya no estaban con la relación es porque el hombre, con quien convivían decidió terminar, y en tercer lugar porque la pareja migró a Estados Unidos.
Hay también casos de niñas y adolescentes que estaban acompañadas cuando fueron entrevistadas, y llevaban un promedio de tres años y medio en esa condición.
Otras, que estaban separadas de su pareja, señalaron que habían permanecido juntos por casi dos años.
Algunas de las que estaban en unión vivían con su pareja y sus hijos, pero en otros casos con éstos y sus familiares.
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Deserción escolar
Del total de las encuestadas solo 11 % reportó que asistía a la escuela, a pesar de que están en edad de estudiar.
Muchas de esas niñas y adolescentes consultadas abandonaron la escuela por razones vinculadas con el embarazo y la maternidad, por la unión de hecho, por problemas económicos y bajo rendimiento en la escuela.
Un 40 % de esta población estaba estudiando cuando tuvo su primer embarazo.
“Se estima que el 86 % (de las entrevistadas) alcanzó el nivel de educación básica y un 10 % el bachillerato”, según el informe. No obstante, ante el hecho que interrumpen temprano su proceso educativo el promedio de escolaridad de las niñas fue de 5.7 años.
Además del embarazo, factores como el bajo rendimiento escolar por la poca comprensión de contenidos, determinan la salida de la escuela, incluso antes de su primer embarazo o una unión de hecho. Y eso incide en que no vuelvan a estudiar.
El documento presenta también un panorama sobre la incorporación de estas menores al mercado laboral.
“En lo referente al acceso al mercado laboral, es posible observar entre las niñas y adolescentes encuestadas una tasa de participación cercana al 20 %…”, indica el informe.
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Advierte que las niñas y adolescentes que están en unión de hecho o lo han estado tienen problemas para acceder a puestos de trabajo por el bajo nivel educativo alcanzado, pues esto les impide el desarrollo de habilidades productivas. La situación se agudiza cuando salen embarazadas.
“Se ha estimado que el 90 % de las niñas y adolescentes que se encontraban trabajando al momento del embarazo tuvieron que renunciar debido al embarazo o al nacimiento de su hijo/a…”, precisa.
Dado el impacto de este problema el UNFPA exhorta a llevar a cabo acciones que conlleven a la revisión del artículo 14 del Código de Familia (que habla sobre impedimentos absolutos para contraer matrimonio), garantizando que tenga extensión hasta las uniones de hecho, bajo la premisa de la protección de las niñas y adolescentes y la vulneración a sus derechos que la unión representa.
También llama a establecer sanciones a todos aquellos jueces o abogados que realicen legalmente uniones de menores, con el propósito de abrir el camino hacia la prohibición de estas. Además, pide establecer sanciones a toda persona que esté en unión de hecho con un menor.
Salud sexual y reproductiva
El estudio propone homologar las estrategias de oferta de métodos modernos para adolescentes de ambos sexos para garantizar el acceso a la salud sexual y reproductiva.
Establecer espacios fuera de la escuela, como alcaldías y casas juveniles, en los que se ofrezca este tipo de servicios.?
Dar oportunidades educativas
El Fondo de Población plantea que entre los desafíos del país está el de establecer, fuera del sistema educativo, modalidades flexibles para las niñas y adolescentes madres, pero que de forma simultánea cuenten con espacios donde puedan dejar a sus hijos.
Realizar un mapeo de todas las instituciones de cuidado, resguardo y educación de niños menores de 5 años, donde a estas madres puedan cuidarles de forma gratuita a los niños. Establecer programas de becas de estudio para las niñas y adolescentes madres.
Incidencia de embarazos
Según el estudio del UNFPA el país tiene una tasa de fecundidad adolescente muy similar a la de nivel regional ( promedio de 66 nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años), la cual es muy superior al promedio mundial.
El mapa de embarazos en niñas y adolescentes 2015, producido por el mismo organismo, estima que ese año se registraron 25,132 embarazos en niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años. Implica que en promedio cada día cerca de 69 quedaron embarazadas, o una cada 21 minutos.