El día que promete los más significativos descuentos en la mayor parte de tiendas y almacenes está a la vuelta de la esquina, se trata del Black Friday, y no son pocos los que lo esperan durante todo el año.
Las ofertas agresivas conquistan a muchos clientes, por lo que no es nada descabellado que haya quienes también lleven no solo esperando, sino preparándose para esta fecha todo el año, pero para cometer “Black Fraude”.
Mientras los verdaderos clientes quieren aprovechar las mejores ofertas en línea, hay cibercriminales que quieren aprovecharse de ellos, robarles sus datos, robarles su identidad, robarles su dinero.
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Los grandes volúmenes de datos que se mueven durante esta fecha no pasan desapercibidos para los amigos de lo ajeno, ya que representan una inmensa oportunidad de interceptar números de tarjetas de crédito, pirateando equipos y sustrayendo información, y la mayoría de estos ataques se producen cuando los clientes acceden a sitios falsos de comercio electrónico, enlaces sospechosos y hasta anuncios.
Para evitar riesgos, a pesar de navegar en el peligro, estos son algunos consejos útiles para reforzar la seguridad de tu economía a la hora de comprar durante el Black Friday.
El primero de los consejos es tomar en cuenta aquel viejo y sabio dicho: “No todo lo que brilla es oro”. No está demás desconfiar de aquellas ofertas que realmente son más que llamativas. Es necesario tener cautela cuando los precios sean inverosímiles o ridículos; lo mejor es primero ponerte en contacto con el servicio de atención al cliente de esa empresa y revisar cuidadosamente los términos y las condiciones bajo los cuales va a ser adquirido el producto.
Otra forma de evitar un fraude es navegando desde una conexión privada, nada de andar confiando en redes Wi-Fi públicas o gratuitas, porque al ser libres y carecer de contraseñas son objetivo fácil de los hackers.
Lo tercero, visita páginas electrónicas conocidas, confiables; si la dirección de un sitio web inicia con https:// es seguro que el sitio está protegido, el resto son sitios maliciosos, sin referencias.
Ojo también con el “pishing”, un término informático que define la suplantación de identidad que se da a través de mensajes de correo electrónico que provienen en apariencia de fuente confiables, pero que si el cliente presta atención puede identificar errores ortográficos o gramaticales en el correo y se dará cuenta que el dominio no coincide con el del sitio web. Una parte bien importante además es comprobar los métodos de pago. Antes de realizar cualquier transacción, prefiere sistemas de pago confiables como PayPal. Con esto los consumidores evitarán timos que solo ofrecen transferencias bancarias y no cuentan con una pasarela de pago con alguna entidad bancaria de por medio.
Tampoco hay que fiarse de las redes sociales y mucho menos de WhatsApp. En Facebook, Twitter o Instagram no hay que perder de vista el cheque azul que valida las cuentas oficiales de las marcas más reconocidas; mientras que en el chat nunca hay que hacer click en ningún enlace, aunque lo hayan enviado conocidos; lo mejor es buscar la oferta en un sitio oficial.
No está demás que te hagas de un programa de protección al comprador que reembolsa los costos totales originales más los de envío en caso de un reclamo; aparte de esa garantía adicional, es bueno comprar en una empresa que tenga servicios de gastos de devolución.
Más allá de los descuentos en los precios, no es bueno aceptar rebajas en la calidad de los productos, porque los derechos de los consumidores siguen siendo los mismos.