Una vez más, como cada último sábado de noviembre, las calles de San Miguel se volvieron un mar de gente, colmadas de bailes, música, colorido y diversión. Por Quincuagésima Octava ocasión, La Sultana de Oriente atrajo a miles de personas en el cierre de sus festejos en honor a la Reina de La Paz.
Vea galería completa Carnaval de San Miguel se viste de fiesta, color, belleza y música
Salvadoreños y extranjeros colmaron, desde la tarde de ayer, las calles de la cabecera buscando el mejor lugar para presenciar el desfile de carrozas, ese que es la antesala de la gran fiesta y que este año estuvo lleno de mucho colorido y fuegos artificiales.
La premonición de las autoridades edilicias de recibir a más de dos millones de personas, parece que se cumplió.
Las calles estuvieron abarrotadas de ciudadanos que buscaban diversión, a simple vista, en mayor número que las últimas ediciones.
En la Avenida Roosevelt Sur y Norte estuvo una multitud desde antes de iniciar el desfile de carrozas. Muchos de los asistentes aprovecharon la excusa del calorcito para hidratarse con una cerveza o un refresco.
El desfile inició , como no había sucedido en la última década, a las 6:00 de la tarde, situación que fue del agrado de la ciudadanía.
María Hernández, una migueleña radicada en San Salvador, aseguró que “por fin inician temprano el desfile, desde hace años que no comenzaba tan temprano”, dijo la mujer.
Aplaudió, que tal como sucedió en 2015, la organización trató de volver a la raíz de la fiesta, al promover que los carros alegóricos en que iban las reinas, fueran eso y no anunciadoras de patrocinadores.
Sobre ese punto, un promedio de 160 vehículos, entre carros alegóricos y de patrocinadores, recorrieron la Avenida Roosevelt Sur y Norte, para luego engalanar las calles del centro de la ciudad.
Según los organizadores, del desfile participaron 40 carrozas de reinas de barrios, colonias e instituciones nacionales e internacionales.
A los que se sumaron los de los patrocinadores del evento, entre ellos El Diario de Hoy y Periódico Más!.
A medida el desfile avanzaba, los fuegos artificiales iluminaban el cielo para el deleite de la población.
Tras el paso de la última carroza, que es en la que se desplazó la reina del 58 carnaval, Vivian Jiménez, inició el fiestón.
Una a una, las más de 60 agrupaciones ubicadas en más de 50 cuadras del circuito de carnaval comenzaron su tanda musical.
Las calles se tornaron en un mar de gente. Filas de salvadoreños y extranjeros iban y venían de norte a sur, oriente a poniente y viceversa, en busca de la mejor alternativa musical en donde pudieron escoger cumbia, merengue, música del recuerdo, rock, entre otros géneros musicales.
La oferta musical fue enorme, sin embargo muchos esperaron el momento cúspide de la noche, la presentación del colombiano Carlos Vives en el estadio Charlaix.
El artista haría un show de dos horas a partir de las 10:30 de la noche.