La muerte de Fidel Castro, quien deja un triste legado que afectó no solo al pueblo cubano sino a toda la región, espero sea el fin de una era. Una que fue caracterizada por mucho odio, división y ataques entre hermanos. Nosotros lo vivimos durante la guerra entre salvadoreños que tanto sufrimiento trajo a nuestra amada patria. Y lamentablemente una que no terminó para nosotros con la firma de paz, pues como podemos evidenciar hoy en día, seguimos siendo afectados por una división profunda, por aquellos que siguen inculcando el odio, y por los que siguen privilegiando intereses propios o de pequeños grupos a costa del bienestar de la población.
Por eso, mis queridos hermanos, los invito a que digamos basta ya y que nos comprometamos a comenzar una nueva era para nuestro querido El Salvador. Que nos decidamos finalmente a cambiar el rumbo que llevamos y que comencemos a construir un nuevo porvenir para nuestro pueblo. Pero esto requiere que nos atrevamos a cambiar, que decidamos hacer lo correcto, siempre y a pesar de las consecuencias, y que nos decidamos a actuar y nos comprometamos a asumir los sacrificios necesarios para tomar un rumbo diferente. Y debemos tener claro, si queremos dar este giro lo debemos hacer todos, por eso extiendo este llamado no solo al gobierno, que claramente tiene un alto nivel de responsabilidad, sino también a nuestro partido y a la sociedad en pleno.
Al gobierno: señoras y señores, es hora de abrir los ojos y aceptar que el rumbo por el que nos llevan nos está hundiendo. Ya es hora que acepten su responsabilidad y desistan de seguir impulsando un modelo que ha fracasado donde se ha querido imponer, y solo ha resultado en un incremento en la pobreza y ha frenado el desarrollo de las naciones. Es hora de desistir de continuar pasando el costo a los ciudadanos con más impuestos e incremento de tarifas. Es momento de dejar de ahuyentar la inversión local e internacional, pues al final los que pagan son los miles de salvadoreños que siguen sin encontrar fuentes de ingreso. Es hora de demostrar que están dispuestos a asumir un serio compromiso por la transparencia y la honestidad. Es hora de demostrar un verdadero amor por El Salvador y de corregir el rumbo que tanto está afectándonos a los salvadoreños.
A nuestro gran partido ARENA: debemos asumir nuestra responsabilidad y liderar con el ejemplo. Debemos completar nuestra renovación, innovando y cambiando, y lo más importante demostrando que siempre pondremos primero a El Salvador y el bienestar de cada salvadoreño. Para eso desde ahora nos volcaremos con la gente, escuchando con atención, actuando con responsabilidad e integridad, poniéndonos en los zapatos de nuestra gente, y resolviendo con creatividad y perseverancia con el único objetivo de mejorar las condiciones de nuestros hermanos salvadoreños. Debemos demostrar que estamos dispuestos a dejar atrás rencores y conflictos del pasado para construir puentes y acuerdos que nos permitan avanzar en un rumbo diferente como partido y como nación, y demostrar con palabras y acciones que nuestro objetivo va más a allá de lo electoral, pues lo que nos motiva es una verdadera transformación nacional.
Y a la sociedad salvadoreña: como hermanos y compatriotas, todos sufrimos nuestra realidad. De alguna manera somos todos responsables, algunos de manera directa como protagonistas de esta historia, y otros precisamente por lo contrario, por ser espectadores o críticos y dejar que otros la escriban. Pero es momento de dejar atrás el pasado y buscar que seamos todos protagonistas de una nueva historia para nuestra patria. No tengamos miedo de ser parte de la solución, el País nos necesita a Todos. Los invito a que nos atrevamos a creer, a actuar, a tener la apertura de escuchar, de hablar y exigir, y ser parte de este gran reto. Hay mucho trabajo que hacer, no le quitemos a nuestra gente la oportunidad de ser feliz debido a nuestra apatía, indiferencia o por no querer asumir nuestro rol.
Los invito a que nos comprometamos, a que establezcamos un diálogo amplio y sincero para cambiar el rumbo de El Salvador. Uno que nos permita tener la condiciones para devolver el progreso a nuestra patria, que resulte en las condiciones para incentivar la generación de empleo, que motive a los emprendedores a construir sus sueños, que brinde oportunidades para que nuestros jóvenes desarrollen su potencial y logren brillar, que devuelva la esperanza a tantos padres de familia de dejar un futuro mejor para sus hijos, y que logre que todo salvadoreño que se lo proponga pueda tener la oportunidad de brindar progreso a su familia a través de un trabajo digno.
Este es nuestro momento, debemos creerlo y vivirlo, pues no habrá mejor oportunidad para dar un giro y comenzar a construir El Salvador que todos anhelamos. Esa debe ser la base de nuestra unión como nación y como sociedad. Dejando atrás intereses personales, partidarios o grupales y demostrando nuestro verdadero amor y orgullo por ser salvadoreños. ¡Cambiemos el rumbo de nuestro querido El Salvador!
*Presidente del Coena.