El Gobierno prepara un “plan de contingencia” para afrontar una posible escalada de las deportaciones desde los Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la Presidencia, aseguró el lunes a Acan-Efe la viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín.
“Estamos trabajando un plan de contingencia por cualquier situación extraordinaria que se pueda sobrevenir, viendo la posibilidad de abrir nuevas agencias consulares” en el país norteamericano, señaló la diplomática.
Explicó que otro componente de este plan es el “trabajo conjunto” con Honduras, Guatemala y México para “ayudarnos en la protección de la gente que pueda salir afectada con alguna medida que el presidente electo (Trump) pueda tomar”.
“Como todos sabemos, hay acciones ejecutivas que él tiene la facultad de decidir si las continúa manteniendo o no”, detalló Magarín.
Entre estas acciones se encuentra un Estatus de Protección Temporal (TPS) con el que unos 195,000 salvadoreños indocumentados pueden trabajar legalmente en EE.UU. y que está vigente hasta enero de 2018.
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Detalló que “el mecanismo de diálogo permanente entre los gobiernos por la vía diplomática también se mantiene abierto para estar recibiendo cualquier información o decisión que el Gobierno de EE.UU. tome” y de la que “tenemos que tener conocimiento antes que se ejecute”.
El último dato oficial de salvadoreños residiendo en el país norteamericano asciende a los 2.8 millones de personas, que entre enero y agosto pasado enviaron más de 2,974 millones de dólares en remesas familiares, un 6.3 % más que en el mismo periodo de 2015.
La más reciente Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples del Ministerio de Economía da cuenta de que el 20.2 % de los salvadoreños recibe remesas y estas representan aproximadamente el 16.4 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Los cancilleres del Triángulo Norte de Centroamérica y México se reunieron el pasado 21 de noviembre en la Ciudad de Guatemala y acordaron unir esfuerzos para garantizar los derechos de la población migrante en EE.UU. tras la amenaza del presidente electo de deportar a unos 3 millones de indocumentados.