En su último Informe de Coyuntura Económica, correspondiente al tercer trimestre de 2016, la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) señaló que aunque en los primeros nueve meses de 2016, el déficit fiscal del país se contrajo en 38 % ($191 millones menos), este fue un “ajuste forzado, no planificado, de las finanzas públicas”, debido, en buena parte, a atrasos en varios pagos.
Aunque no detalló en qué medida, Fusades señaló que esa reducción “artificial” del déficit se debió a los atrasos en la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los exportadores, del subsidio de energía eléctrica y de las transferencias del gobierno central a las municipalidades.
La Fundación señaló que de una brecha fiscal de 2.9 % del Producto Interno Bruto (PIB) obtenido durante 2003-2008, se aumentó a 3.8 % entre 2010-2015.
Asimismo, consideró que que el alza en endeudamiento de corto plazo ($1,005 millones en noviembre); y de largo plazo ( $15,549 millones hasta septiembre 2016) fue mayormente acelerada por usar préstamos para financiar el gasto corriente.
Carolina Alas de Franco, investigadora de Fusades, explicó que a pesar de un fuerte incremento en la carga tributaria, la situación fiscal se ha deteriorado. Explicó que comparando los datos de 2015 con los de 2008, “los ingresos corrientes aumentaron $1,190 millones, mientras el gasto corriente se elevó en $1,308.1 millones”.
El principal factor en el incremento en gastos corresponde a las remuneraciones ($796.2 millones), porque la plantilla pública se expandió en cerca de 30,268 nuevas plazas entre 2008-2016, y éstas fueron en rangos altos, de mayores beneficios.
Fusades consideró que si bien la Ley de Responsabilidad Fiscal y el acuerdo entre el gobierno y ARENA, “orienta la política fiscal a un rumbo correcto, es de suma importancia llegar a acuerdos de más largo plazo que fortalezcan la institucionalidad del proceso presupuestario”.
Instó a hacer planificaciones plurianuales y no abusar de las Letras del Tesoro (Letes).