¿Recuerdas a este actor que se perfilaba como una de las grandes promesas del cine a finales de los años 90?
Sí, hablamos de Matthew Lillard, cuya historia profesional no se desarrolló de manera que le permitiera convertise en un gran actor.
De acuerdo con una publicación del sitio paraloscuriosos.com, si bien la estrella de Scream no ha desaparecido del todo, más que cosechar éxitos se ha encontrado con muchos contratiempos.
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A pesar de que hizo un buen papel en Hackers, fue su papel como el asesino Stu en la cinta Scream el que lo lanzó a la fama. No obstante esa misma personificación lo obligó a luchar para establecer una nueva identidad en sus acostumbrados seguidores.
“Tengo gente en mi cuenta de Twitter que deja 10 comentarios al día sobre Scream, y ya lo dije una vez, hablar de Scream es como hablar de la primera chica que besaste alguna vez”, dice Lillard. Agregó que no entiende la “fandemonium” duradera que aún rodea su imagen, décadas más tarde.
Por siempre Shaggy
También Scooby Doo es un pilar en la historia de su trabajo, pero igualmente le costó mucho en su camino a la credibilidad. “De todas las películas, esa fue la más difícil para mí. Tuvo un gran éxito, pero nadie le da ningún tipo de crédito o respeto. Definitivamente es como “vender mi alma” para estar en ese gran éxito de taquilla” admitió el actor.
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En resumen, el éxito le ha sido negado debido a que las pocas películas que le han dado la oportunidad de liderar, han sido bastante lamentables.
“Cuantas más líneas tengo, en general, peor es la película. Es muy raro que consiga decir grandes cosas en películas fantásticas, ni estoy el número uno en la lista de llamadas. Generalmente, la película es bastante mala… diré que normalmente soy lo mejor de una horrible película”, asegura.
Luego de sortear tantos obstáculos, el actor afirma que, “Me convertí en ese tipo de: “¡Oh, él era una estrella en los años 90”. Lo cual es para partirse de risa, porque nunca llegué a ser una estrella”.
