Dice la Sagrada Escritura que “quien tiene un amigo, tiene un tesoro”, porque la verdadera amistad es desear el bien del otro. Y cuando ese amigo es un país, cuyas pruebas de amistad solidaria tienen manifestaciones evidentes, la única manera de corresponder es mediante el agradecimiento. Porque la solidaridad es auténtica, cuando las naciones que saben, pueden y tienen más, apoyan a los menos favorecidos, impulsándolos a mejorar, para que con el propio esfuerzo logren mejorar su calidad de vida.
El Salvador tiene el privilegio de contar con el apoyo de países, mediante proyectos realizados por sus representantes diplomáticos, como Estados Unidos y Alemania. Aunque por las acciones y comentarios de funcionarios del FMLN, pareciera que tienen como principio el maltratar a quienes le demuestran amistad.
Siendo Estados Unidos nuestro principal socio comercial, al profesor Sánchez Cerén no le ardió la cara de vergüenza al dirigirse a la Asamblea de la ONU para alabar la dictadura de Maduro y criticar la deposición de Dilma Rousseff, terminando cínicamente de exigir los fondos prometidos por el gobierno americano y olvidando que él y sus funcionarios se han permitido acusar de injerencia a la Embajadora Manes, cuando ella se ha referido a la evidente corrupción e impunidad existentes. Aunque de quien celebró el ataque del 9/11 y la quema de la bandera americana, cualquier cosas podemos esperar, porque están siguiendo la tradición de grosería y mala educación de la que hizo gala Mauricio Funes, en su trato con la exembajadora Mari Carmen Aponte.
Recientemente terminó su gestión diplomática en nuestro país como Embajador de Alemania, el Lic. Heinrich Haupt, quien demostró especial compromiso por el desarrollo de El Salvador y de sus instituciones democráticas. La Agencia de Cooperación Alemana, durante muchos años ha contribuido generosamente en proyectos de ayuda para diferentes niveles de la población. El diplomático, en diferentes ocasiones, expresó opiniones muy positivas sobre el quehacer nacional, acompañadas de sabias recomendaciones para alcanzar el desarrollo, mediante el fortalecimiento de la institucionalidad democrática.
Su genuino interés por nuestra cultura le llevó a apoyar un cuarteto de cuerdas de jóvenes salvadoreños y a donar partituras de nuestra música al Museo de la Música de Berlín, que alberga obras de grandes genios musicales. Pero para el FMLN, cuyas acciones contra la democracia y la Constitución de la República han sido una constante durante sus años en el Gobierno, la crítica constructiva o la defensa de las decisiones de la Sala de lo Constitucional, resultan intolerables.
Afortunadamente, a los salvadoreños que como bien nacidos, somos agradecidos y reconocemos la labor del Lic. Haupt, nos ha causado suma extrañeza que al terminar su gestión diplomática, la Cancillería no le haya otorgado la Condecoración de la Orden de José Matías Delgado, acto protocolario que se acostumbra conceder a los representantes de países amigos, al concluir su gestión diplomática.
¿Será que la Asamblea Legislativa tampoco le otorgó el reconocimiento de Noble Amigo de El Salvador, porque el exembajador tuvo la valentía, que es una prueba de amistad, de recomendar el fortalecimiento de las instituciones, la separación de los poderes del Estado y el combate a la impunidad y a la corrupción, como condiciones indispensables para el desarrollo?
Pero estas faltas de respeto y de la más elemental cortesía, que demuestran la poca categoría y total desconocimiento del protocolo del gobierno del Frente, no representan el sentir del pueblo, que ha apreciado y agradecido en su justo valor, la labor de un funcionario que durante sus años en tierras cuscatlecas, demostró ser un gran amigo de El Salvador.
*Columnista de El Diario de Hoy.