Brindar educación integral a niños y adolescentes es un reto que las autoridades del Complejo Educativo Católico Nuestra Señora de la Paz se esfuerzan a diario por lograr, pero en los últimos años el esfuerzo se ha vuelto toda una carrera a cuestas debido a que les faltan fondos para continuar desarrollando proyectos educativos.
La institución que está ubicada en la jurisdicción de Olocuilta, a la altura del kilómetro 24 de la antigua carretera a Zacatecoluca, en el departamento de La Paz, funciona desde 2007 como un centro público administrado por la Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción.
En las instalaciones de la institución, que son propiedad de la alcaldía de la localidad y fueron dadas en comodato a la iglesia, funcionó con anterioridad un colegio, el cual cerró.
La hermana María Antonia Flores Jovel, directora del complejo, explicó que atienden cerca de 459 alumnos, desde Parvularia hasta Educación Media, muchos de ellos provenientes de Olocuilta y sus alrededores.
Sin embargo, en la actualidad debido al retraso en la asignación de fondos por parte del Ministerio de Educación (Mined) enfrentan problemas para cancelar el salario de casi la mitad de la planta docente que no tiene nombramiento oficial de la cartera de Estado.
Flores Jovel expone que si bien el Mined les asigna bono de funcionamiento y los padres de familia brindan colaboración, los recursos resultan insuficientes para cubrir el pago de algunos servicios. De hecho carecen de acceso a internet y enfrentan problemas para dar mantenimiento a la infraestructura escolar.
Debido a la falta de internet, por el momento no pueden establecer cursos para que los niños y jóvenes aprendan a manejar los programas de computación.
Otra de las necesidades de la institución es la construcción de un edificio de tres niveles que tenga salones exclusivamente para albergar las distintas secciones de bachillerato, e incluso para instalar el área de habilitación laboral.
Si eso se hace realidad la institución tendrá la posibilidad de ampliar la cobertura en educación media, manifiesta la religiosa.
“Hacemos un llamado a aquellas instituciones y empresas que nos puedan apoyar en la construcción de aulas para el nivel de bachillerato, y también el techado para las canchas de baloncesto”, agregó.
Pese a esas limitantes el complejo educativo hace esfuerzos por brindar a su población escolar más allá de la enseñanza formal en las aulas, para ello impulsa varios proyectos en el campo de la ciencia, la tecnología, el medioambiente y formación artística, los cuales permiten complementar la educación.
Para empezar, hoy en día la institución cuenta con un huerto escolar que está ubicado a un costado del centro.
En este espacio los profesores y estudiantes han logrado cosechar rábanos, cilantro, lechuga, tomates, chiles, chipilín, ejote de vara, entre otros productos que son consumidos en el seno de la institución.
Alba Roxana Ortiz, docente de Ciencias y Matemática, explicó que el huerto funciona desde mayo pasado y hasta la fecha han tenido 20 cosechas.
Pero el éxito del proyecto no ha sido cuestión de suerte, puesto que los miembros de la comunidad educativa han sido capacitados por un agrónomo, provisto por el Ministerio de Educación, sobre la limpieza del terreno, la preparación de la tierra, el manejo de las semillas y de los cultivos.
Ortiz detalla que los profesores, incluyéndola, utilizan el huerto para reforzar conocimientos que se brindan en el aula: “Esto lo estoy aplicando mucho por ejemplo en el área de Matemática. Ellos me ayudan a contar las unidades y eso se tabula, se hacen gráficas. Además, los niños han estado trabajando poemas sobre el huerto escolar”.
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También recientemente un grupo de cinco alumnos que estudia el bachillerato modalidad electrónica y general obtuvo el primer lugar, durante una competencia de Ciencia y Tecnología que fue promovida en la zona paracentral.
Ellos desarrollaron un proyecto inspirado en el huerto de la escuela.
El profesor José Roberto Henríquez Ordónez, de la especialidad de electrónica, señaló que los alumnos diseñaron y montaron un prototipo de microinvernadero automatizado, en el que se busca controlar mejor los factores que intervienen en el crecimiento de los cultivos, como la iluminación, la temperatura y la humedad.
El grupo escogió el rábano como cultivo para trabajar en el microinvernadero.
Sin embargo, el educador aclaró que el proyecto no fue concebido para concursar, sino que es parte de lo que hacen para fomentar el aprendizaje y cuando lo estaban desarrollando casualmente llegó la invitación a participar.
“Nosotros buscamos aplicar el método de proyectos. Esta técnica de trabajo es muy eficiente porque se trata de aprender haciendo”, agregó.
La institución también impulsa la robótica y según el profesor Julio Adalberto Martínez López, del área de electrónica, con ello se busca desarrollar y fortalecer competencias en ese campo.
Martínez López manifestó que en mucho ha ayudado el equipo que el año pasado lograron comprar con parte del presupuesto que les ha dado el ministerio, pero reconoce que aún hace faltan recursos financieros para adquirir más máquinas, incluyendo en el área de informática.
Según explicó el profesor, con uno de los proyecto de robótica la institución también destacó este año en un evento realizado por el Instituto de la Juventud.
Junto al gusto por la ciencia y la tecnología en el centro educativo también se hacen esfuerzos para que todos los alumnos desarrollen habilidades motrices y valores, por ejemplo, cuentan con un taller de formación de danza que comprende cuatro módulos: danza folclórica, danza regional, danza contemporánea y danza moderna.
“Cada grado recibe su taller de danza. Son tres horas a la semana que reciben desde primer grado hasta tercer año de bachillerato”, explicó Asael Rodríguez, profesor de artística.
Rodríguez expuso que a través de estos talleres los niños y jóvenes desarrollan el liderazgo, la cooperación, la creatividad y el compañerismo.En la institución también se potencia el emprendedurismo a través del proyecto de habilitación laboral, pues todos los estudiantes de bachillerato aprenden las bases de cómo establecer sus pequeños negocios de panadería o preparación de alimentos.
Según explicó la directora del complejo educativo, están aplicando a un proyecto del Ministerio de Educación y el Instituto Tecnológico Centroamericano (Itca), que permitiría articular el bachillerato en electrónica que se brinda allí con carreras técnicas.
“Si nosotros logramos calificar con todos los requisitos que ellos piden, posteriormente vamos a tener la oportunidad de brindarle a todos los jóvenes de Olocuilta y las zonas aledañas una educación mejor. El requisito son las notas, mínimo siete”, explicó