Para divertirse, socializar o simplemente recorrer largas distancias, estas son parte de las razones de montar en bicicleta. Pero hay quienes son conscientes de que es uno de los mejores deportes para ponerse o mantenerse en forma.
Diversos estudios demuestran las bondades de andar en “bici”, entre ellas que es una de las actividades más completas y universales que benefician la salud física y mental.
SportLife indica que en este deporte se involucran diferentes grupos musculares: los de la espalda a nivel lumbar, dorsal, cervical y los de las extremidades, en los cuales aumenta la resistencia.
Toda la espalda, desde el cráneo, nuca y pelvis, se fortalece gracias a los movimientos de impulso y tracción; además se robustece el tronco, pecho y dorsal. A nivel de piernas se tonifican muy bien los glúteos y cuando los abdominales se sincronizan con el diafragma, la respiración mejora.
En resumen, podemos decir que en el ámbito físico andar en bicicleta ayuda a la coordinación de los grupos musculares, los cuales incrementan su fuerza, y por ende se regenera la eficiencia energética.
Lo más importante es que todo el cuerpo debe trabajar a favor de dos movimientos principales: los pedales y el manillar, porque es cuando se hace más esfuerzo corporal.
Pero una mala postura al andar en bicicleta puede traer grandes consecuencias, lo mejor es evitar la postura curvada porque la espalda queda desprotegida y el ciclista es más propenso a perder el equilibrio. Otros riesgos son: tirones musculares a nivel lumbar, dorsal y cervical, lesiones, dolores, etc.
En cuanto a la salud mental, su práctica disminuirá los niveles de estrés, más si se ejecuta en espacios abiertos, ya que el contacto con el medio ambiente ayuda a relajarse.