Hey Jude

Así que cuando estén tristes amigos, sepan que ustedes son capaces de cualquier meta, con solo pensar en eso la tristeza comienza a transformarse en alegría. Gracias Paul.

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/ Foto Por DAVID REZZIO

Por Marvin Galeas*

2016-10-07 8:53:00

Se me viene a la mente el año de 1968. Entonces yo estaba en quinto grado. El Ché Guevara moría, la Selección de fútbol de El Salvador jugaba bien, los estudiantes se revelaban en París, los tanques soviéticos aplastaban la Primavera de Praga y la banda británica de rock más famosa de todos los tiempos lanzaba al mercado Hey Jude.

La canción ocupó de inmediato los primeros lugares en las listas de popularidad en todo el planeta. No pasa un minuto sin que esta canción suene en alguna parte. Hey Jude fue compuesta por Paul McCartney a principios de 1968, mientras conducía su automóvil para ir a visitar a Cynthia y Julian.

Ella se acababa de divorciar de John Lennon y Julian, un niño entonces, se encontraba desconsolado por el divorcio (si sabré yo lo que eso duele). Paul era muy amigo de la exesposa de su compañero de banda, y era como el tío bueno de Julian. Quería llevarles algo de consuelo. Por el camino, aferrado al volante, comenzó a tararear la letra y la música de la canción, mientras la imaginaba en su cabeza. Un genio.

Originalmente la canción se llamaría “Hey Jule”. En una traducción muy libre la canción dice algo así como “hey amigo Jule no te desanimes por esta situación, agarra una canción triste y conviértela en algo mejor y alegre. Recuerda grabarla en tu corazón y así todo comenzará a cambiar para mejor”.

En otra parte, la canción dice algo verdaderamente hermoso. Advierto que esta no es una traducción literal, sino literaria. “Cuando sienta dolor en el alma, espera, no trates de cargar tú solo con todo un mundo de problemas. No nos pongamos tristes amiguito, lo único que necesitas es palmaditas en los hombros”.

Y seguimos siempre en clave poética: “No tengas miedo amigo, sabes que estás hecho para conseguir y hacer lo que quieras. Graba esto debajo de tu piel, en toda tu alma y entonces ya verás como todo mejora. (Sad Song, es una manera, en mi opinión de referirse a la triste situación que vivía el niño) son metáforas. Muy bellas por cierto.

Cuando llegó a casa de Cynthia, donde había un piano, Paul les cantó la canción acompañado simplemente por el piano. El pequeño Jule, tomó una pandereta y lo acompañó. Terminaron los tres tarareando juntos por largo rato. Jule se sintió más animado. Ahora que ya es un adulto dice que solía pasar más tiempo con Paul que con su padre John.

Paul decidió cambiar Jule por Jude, porque le pareció que sonaba más bonito. Tenía razón. Sin embargo en la versión oficial le pidió a Ringo que sonara las panderetas al inicio y terminaron todos tarareando juntos en un final que dura casi 4 minutos. 

Cuando a veces me pongo triste, sin razón alguna como nos pasa a todos de vez en cuando, canto esa canción. Y recuerdo lo que dicen los grandes maestros espirituales: la paz mental, la felicidad y la serenidad, nunca vienen desde fuera. Todo ello depende de nuestra mente. Si tenemos paz mental y a Dios en nuestro corazón, sabremos estar felices casi siempre, y tener más capacidad de soportar con serenidad los momentos duros.

Dice el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, autor del excelente libro Fluir, que a su consultorio los que más llegan son hombres y mujeres millonarios, con excelentes trajes y joyas. Ellos, cuyos Mercedes lucen fuera de la clínica, lloran en el diván del psicólogo mientras confiesan lo intensamente tristes que son sus vidas. Ello no quiere decir que para ser feliz hay que ser pobre.

Lo que dice el psicólogo es que la inquietud mental, la depresión, la infelicidad, no la curan los relojes caros ni las infladas cuentas bancarias. Se sufre en condiciones de pobreza o en grandes mansiones. La auténtica felicidad está siempre dentro de nosotros, depende de nuestros pensamientos y de nuestra integridad. La canción Hey Jude, lo dice en sentido metafórico, pero la ciencia lo ha comprobado con diversos experimentos.

Así que cuando estén tristes amigos, sepan que ustedes son capaces de cualquier meta, con solo pensar en eso la tristeza comienza a transformarse en alegría. Gracias Paul.

*Columnista 
de El Diario de Hoy