Panamá es un país que debe ser visitado al menos una vez en la vida. Ya sea por su imponente ciudad, por su clima tropical, por sus atrayentes costumbres o su tentadora gastronomía; cualquier razón o pretexto es bueno para explorar esta tierra desbordante de cultura y tradición.
Probablemente el mejor sitio para comenzar a conocer Panamá sea su capital. A poco más de media hora del aeropuerto internacional, los edificios comienzan a dibujarse en el paisaje. Los turistas pueden caminar por las aceras entre los enormes rascacielos de una metrópoli única en América Central.
Otra opción es pasear por la Cinta Costera hasta llegar al Casco Antiguo, un barrio de más de 300 años que alberga parte de la historia de la fundación del país.
Sin embargo, para conocer de primera mano la tradición panameña, el mejor lugar se encuentra a cuatro horas de la capital, en La Villa de Los Santos: popular por resguardar pasajes importantes de la historia y las más arraigadas costumbres de los panameños.
Por sus calles, en diferentes épocas del año, se desarrollan toda clase de festividades que incluyen danzas con vestimentas típicas, música tradicional tocada con instrumentos locales y por músicos originarios, la más representativa es el Corpus Christi en junio, a cargo de la Escuela de Folklore, institución que promueve y preserva el patrimonio cultural de la región y que el turista puede visitar para una completa guía por el pueblo.
Amplia gastronomía
No es fácil escoger qué comer en un país con una amplia diversidad gastronómica como Panamá.
La influencia de la comida en la sociedad es muy importante y uno de los platos que no debe de faltar en un almuerzo de domingo es el sancocho de gallina de patio. Un caldo a base de gallina; sazonado con ajo, cebolla, ají y el ingrediente clave: culantro.
Además de las hierbas que le dan su sazón particular, la única verdura que lleva el sancocho es el ñame, similar a la yuca. El sancocho puede acompañarse de arroz blanco servido en un deposito aparte y su adición a la sopa es opcional.
En las populares fondas se encuentra una variedad de preparaciones que evidencian una fusión de sabores con influencia africana y latina. Las más recurrentes son: la carimañola, un pastel a base de yuca con carne molida en su interior; chicharrones, que pueden ser degustados desde el desayuno, y el tradicional arroz con pollo.
Para acompañar esos platillos, los panameños cuentan con bebidas típicas a las que llaman chicha, una combinación de leche y fruta; o el seco láctico, bebida que consiste en un coctel de agua ardiente mezclado con leche.
El Tamborito
Panamá es su gente y sus costumbres. En todas las localidades de ese país el visitante podrá encontrarse con tradiciones que van desde la vestimenta hasta ancestrales prácticas como El Tamborito: en donde un grupo de hombres hacen sonar sus tambores en espacios públicos en tanto las mujeres que pasan por el lugar se acercan para interpretar cánticos populares del folklore panameño.
Una mujer lleva la voz principal y otro grupo de mujeres responde en coro. Al final de cada pieza los tamborileros comparten un trago de agua ardiente. Esta práctica de origen africano es muy común en las zonas limítrofes entre Colombia y Panamá; sin embargo, con suerte, el turista podrá disfrutar de la costumbre en cualquiera de las playas del Pacífico panameño.