En El Salvador, de los 40 decesos a causa de la diarrea ocurridos este año, entre enero y el 30 de julio pasado, 30 fueron varones y 10 mujeres.
El Ministerio de Salud lleva un registro sobre cuánto tiempo estuvieron ingresados los pacientes que murieron a causa de la diarrea.
El 80 % de las personas que fallecieron estuvo un día ingresado. De 40 decesos ocurridos entre enero y julio de este año, 32 pacientes estuvieron un día o menos ingresados.
Para los médicos, el tiempo que tardan los pacientes en recibir el tratamiento es crucial; advierten que en muchos casos el enfermo llega en condición crítica porque previamente ha estado varios días consultando a un sobador. Su condición también empeora por las “tomas” que ha recibido.
Las razones que vuelven más vulnerable a los infantes menores de cinco años y a los ancianos son la atención tardía y, en el caso particular de los recién nacidos, la malnutrición, cuando no son alimentados con lactancia materna exclusiva, comentó Paul Torres, técnico de la Dirección de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud.
En los ancianos los síntomas se perciben con menor gravedad, pues al sentirse enfermos tienden a aislarse, dejan de comer, van a la cama y no hablan de su problema. Mientras que en los infantes es fácilmente identificable los cambios en su apariencia, el desgano o el infante está retraído, con el rostro pálido y alargado.
En los países desarrollados, los niños o adultos mayores presentan diarrea de una a tres veces en el año, lo cual es un porcentaje bajo comparado a los países en vías de desarrollo, donde la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS indican que las personas presentan de 20 a 30 cuadros de diarrea en un año, expone Carmen Elena Albanez, infectóloga internista.