El Salvador evalúa su respuesta ante los desastres naturales

Instituciones educativas públicas y privadas participaron en el simulacro de terremoto.

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Foto Por Lissette Monterrosa

Por Nancy Hernández

2016-10-10 5:36:00

En el marco de conmemoración de los 30 años del terremoto de 1986 el Sistema Nacional de Protección Civil realizó un simulacro a nivel nacional.

En la actividad participaron un millón 600 mil estudiantes de más de ocho mil  centros educativos, entre  públicos y privados.

Según Jorge Antonio Meléndez, director de Protección Civil, la prioridad de este simulacro fueron los centros escolares, para fomentar la cultura de prevención sísmica en los menores de edad.

“Hacer estos ejercicios es indispensable porque vivimos en un país de carácter sísmico. Debe generarse en las nuevas generaciones y en todos, una cultura de prevención sísmica, medidas a  tomar y cómo reaccionar ante el fenómeno”, manifestó.

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También participaron 50 empresas privadas, como el centro comercial La Gran Vía y 12 del sector público.

En cuanto a la prevención de tsunamis, se contabilizó la participación de 11 comunidades ubicadas en la zona costera. 

El objetivo de la actividad  era evaluar la capacidad de respuesta que tienen más de 500 instituciones de Cruz Roja, Bomberos, Fuerza Armada y comités de protección civil.

En los centros educativos se practicó la evacuación de los lugares, mientras que en el edificio de la ex Procuraduría General de la República se evaluó la capacidad de búsqueda y rescate de víctimas ejecutados por el Equipo de Búsqueda y Rescate  en Estructuras Urbanas Colapsadas (USAR). En este lugar se simuló el rescate, terrestre y aéreo de 11 personas gravemente heridas.

Oriente tranquilo

Diferentes instituciones públicas y privadas participaron en el simulacro en la zona oriental, aunque este pasó desapercibido en la población en general. 

En San Miguel por ejemplo, las instituciones de gobierno y colegios privados realizaron su ensayo sin problemas y en períodos muy cortos de tiempo, tanto, que muchos ciudadanos ni siquiera se percataron del ejercicio.

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En las cabecera de Morazán, Usulután y La Unión, la situación fue similar. 

La ciudadanía en general esperaba que se escucharan sirenas o ver a los cuerpos de socorro realizar su trabajo tal cual atendieran una emergencia, pero este se redujo al interior de las oficinas, escuelas y colegios.