Fusal ha movido $620 millones con “Chance”

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Foto Por Cortesía

Por Evelyn Machuca

2016-10-12 12:00:00

La Fundación Salvadoreña para la Salud y el Desarrollo Humano (Fusal) está de fiesta. Cumple 30 años,  desde que  Luis Poma, junto con un grupo de otros empresarios salvadoreños, se sintió motivado a aliviar las carencias de distintos centros de atención médica,  en un contexto en el que las necesidades eran apremiantes para una población salvadoreña viviendo en medio de un conflicto armado y padeciendo un devastador  terremoto (1986).

En ese marco, el primer programa social de la Fundación fue denominado “Ayuda Médico Hospitalaria”, que hoy lleva el nombre “Chance” y que durante las últimas tres décadas ha distribuido insumos básicos hospitalarios, medicamentos, vestuario y calzado, recibidos en calidad de donaciones, valoradas en más de $620 millones.

Solo durante 2015, Fusal recibió 54 contenedores, valorados en más de 23 millones de dólares, con medicinas, ropa, tela, calzado, alimentos, mobiliario escolar, material educativo, artículos de higiene personal, material hospitalario y equipo ortopédico, odontológico y de laboratorio, procedentes de un total de 19 empresas locales y extranjeras.

“El programa Chance nos ha permitido fortalecer la capacidad de respuesta nuestra y la de muchas organizaciones del país”, anotó el presidente de Fusal, Ricardo Poma.

 Después de tres décadas enfocadas en atender, principalmente, necesidades en salud y educación, Fusal suma ya seis programas, pero el que ha causado un mayor impacto es “Libras de Amor”, que fue creado hace 12 años. 

“Libras de Amor” ha logrado, de acuerdo con las estadísticas ofrecidas por Poma, disminuir del 47% al 7% la desnutrición crónica en niños menores de cinco años, en el municipio de Apaneca; del 37% al 10%, en San Julián; y del 49% al 14% en Ataco.

Un segundo componente de este programa ha permitido desarrollar casi 5,000 proyectos de emprendedurismo por medio de los cuales 14,600 familias han incrementado sus ingresos, con la venta de productos elaborados por ellas:  miel de abeja, especias, bisutería, huertos caseros y granjas criollas.

En la actualidad, “Libras de Amor” atiende 18 municipios, 10,500 familias, 11,014 niños menores de cinco años y a 550 embarazadas,  a través de 625 voluntarios.

Poma enlistó como una de las proyecciones de la Fundación “erradicar la desnutrición crónica en El Salvador”.

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Otro de los programas que el filántropo empresario destacó es “Proyecto País”, que está “enfocado en recuperar la confianza y el sentido de comunidad en los jóvenes, y que atiende a más de 13 mil de ellos, entre los 6 y 18 años.

“Lo que hacemos con este programa es labrar un camino de esperanza, para que los niños y jóvenes puedan soñar y disfrutar un futuro mejor. Creemos que podemos transformar las condiciones de violencia que vive el país y que impiden el desarrollo pleno de los jóvenes, y de sus familias. Queremos construir comunidades que vivan en armonía”, apuntó.

 Los dos ejes de este programa son la edificación de la Residencial Libertad, donde fueron construidas viviendas para más de 4,000 personas con un complejo recreativo, y un centro de salud; y la construcción del Complejo Educativo Católico Ricardo Poma, de donde ya se han graduado jóvenes que han seguido estudios superiores en instituciones de prestigio como la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN).

Un emprendimiento social sostenible

Ricardo Poma destacó tres pilares claves que le han valido a Fusal para seguir en pie: que tenga un impacto nacional, finanzas sanas, y  que tenga un efecto demostración, que en otras palabras significa que sus prácticas sean replicables y multiplicables.

Algunos de los emprendimientos sociales que les han garantizado sostenibilidad económica son el Centro de Capacitación Luis Poma, donde son impartidos talleres, organizados , congresos y seminarios; y el servicio de banquetes y eventos Las Gardenias, un modelo de negocios que también les genera ingresos por venta de alimentos.

Fusal suma 800 voluntarios a lo largo del país. “Son miembros de comunidades que tienen una solidaridad y sensibilidad especial, porque están dispuestos a donar su tiempo y, muchas veces, a donar los pocos recursos que tienen para su comunidad”, anotó Poma.