Un reordenamiento de las finanzas públicas es necesario para que el sistema previsional de El Salvador logre enfrentar sus desafíos más grandes como completar la transición del esquema de reparto antiguo y asegurar que las pensiones futuras sean buenas, enfatizó ayer Augusto Iglesias, consultor de PrimAmérica y exviceministro de pensiones de Chile.
Destacó que al usar fondos de los nuevos sistemas para financiar las pensiones del antiguo, “los países han evitado pasar por un necesario proceso de ordenamiento de las finanzas públicas”, sin el cual la solución a largo plazo es imposible.
Según Iglesias, el problema se agrava aún más cuando lo que se transfiere de un nuevo a un sistema antiguo no es suficiente para cumplir con todos los compromisos, actuales ni futuros.
“Si no hay disciplina, si no acomodamos los gastos a la realidad de ingresos, vamos a terminar pagando una cuenta muy cara”, dijo Iglesias.
Para el exfuncionario, los observadores externos se preocupan cuando perciben que en El Salvador prácticamente el 60 % de los fondos de pensiones del sistema nuevo se han ocupado para financiar los compromisos del esquema antiguo.
“Si yo no he hecho un esfuerzo fiscal para generar los recursos, cómo voy a seguir pagando las pensiones en 5, 10, 20 años más, cuando me haya gastado todo lo que guardo de pensiones. Entonces, esa situación, preocupa”, apuntó el representante.
Iglesias insistió en que Chile tiene experiencias que pueden servir de ayuda para que El Salvador considere al momento de crear una solución a la presión que las pensiones ejercen en sus finanzas.
Recomendaciones
“Lo primero es tener total claridad respecto a la magnitud del problema. Cuál es la verdadera carga de la obligación de pago de pensiones sobre el presupuesto público, porque eso permite graduar el tipo de medidas a usar”, señaló.
De acuerdo con las cifras del Banco Central de Reserva (BCR), el gasto público por pensiones creció en 0.3 % del Producto Interno Bruto (PIB) entre 2007 y 2014.
Lo segundo, dijo, es analizar cuáles son las herramientas que dispone el sector público para financiar ese gasto.
Entre ellas mencionó recaudación tributaria, endeudamiento, venta de activos y ajuste de programas prescindibles.
Chile se ordenó
“Cuando ves la experiencia de Chile, destaca que recurrimos a todas esas fuentes de financiamiento. Como el problema era importante, tuvimos que usar todas las herramientas fiscales para poder enfrentar la situación”, añadió Iglesias.
Aseguró que en Chile se limitó la contratación de empleados del sector público, hubo un año en que no se les dio reajuste en remuneraciones, se cortaron programas de gasto prescindible, se postergaron algunas inversiones; un impuesto a las planillas pagó pensiones e , incluso, durante algunos años el fisco emitió deuda pública que en parte se la vendió a los propios fondos de pensiones en condiciones, sin embargo, de mercado.
Para el experto, la planificación de largo plazo y un acuerdo nacional es imprescindible para el país.
“Hay que estar preparado para tener mayores demandas por mayores beneficios. Y eso sugiere que la única manera de avanzar en esto es construyendo muy buenos sistemas”, precisó. Las mejores medidas, dijo, serán las que logren mayor consenso.