El uso desparametrizado y permanente de las Letras del Tesoro Público (Letes), como mecanismo de financiamiento público, es una de las causas del desorden financiero que tiene actualmente El Salvador, indica el último estudio elaborado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GIZ) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
El director del Programa de Política Fiscal y Gestión del Gasto Público de USAID, Enrique Giraldo, señaló que el país debe tener claro que un modelo económico rezagado, con una estructura de finanzas y un sistema de pago de contribución que deben mejorarse, genera un crecimiento de la deuda que es sostenido en el tiempo.
“Cuando uno mira las Letes en ese comportamiento, un poco desparametrizado, hemos visto (los cooperantes) cómo este proceso es permanente y es endémico”, indicó Giraldo durante la presentación del informe “El Salvador en la búsqueda de un acuerdo nacional de sostenibilidad fiscal”.
El representante de USAID insistió en que el país enfrenta un entorno complejo que no ofrece soluciones rápidas, porque, además, “los problemas estructurales no se resuelven con soluciones simples”.
El estudio reitera la situación financiera complicada de El Salvador: mantiene tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2.5 %, un punto porcentual por debajo del promedio hemisférico. Además, la inversión privada representa apenas el 11.9 % del PIB (22 % es el promedio hemisférico), la carga tributaria es del 15.1 %; también por debajo del 18 % del promedio regional; y, por otro lado, la deuda y el gasto se estima que representan el 64.2 % y 21.4 % del PIB, respectivamente.
“ Hay que entender cuál es la razón de la deuda. Un país que tiene problemas estructurales deficitarias necesariamente va a seguir incrementando la deuda”, explicó Giraldo.
El informe también reveló la debilidad del país en materia de ingresos tributarios con una estructura de ingresos basados en el consumo (IVA el 50.7 % y Renta 41.08%), limitada estructura tributaria e inestabilidad en los ingresos producto de la evasión, dependencia económica, débil control tributario y cobro de deuda y carecer de herramientas como un impuesto al patrimonio, predial y normas de precios de transferencias.
Para Giraldo, la tendencia histórica del comportamiento de las finanzas públicas salvadoreñas es el mismo.
“Cuando uno analiza el desorden de las Letes como se les llama, en ese escenario no hay alternativas: Hay que mejorar las finanzas publicas, la recaudación, en al menos unos tres puntos del PIB”, indicó el ponente.
Según el estudio financiado por la cooperación internacional, el gobierno central persiste en desbalances entre sus ingresos corrientes y los presupuestos votados, modificados y ejecutados.
Giraldo explicó que en los últimos diez años la tendencia se mantiene en que los ingresos presupuestados no logran suplir las necesidades de gasto y, por consecuencia, se necesitan modificaciones constantes. Sin embargo, al cierre del año, el monto ejecutado es menor al presupuesto modificado.
“Las prácticas presupuestarias tienen que cambiar porque deben incluir la deuda flotante (lo que se debe pagar cada año) y la deuda que no tiene financiamiento (unos $1,040 millones a septiembre 2017). La única posibilidad de resolver esto obviamente va a ser con deuda”, dijo Giraldo.
Recomendaciones
Las conclusiones del estudio resumen en buena medida la necesidad de reformas, tanto en el sistema tributario como en el de gasto público.
Los cooperantes recomendaron que en el corto plazo, el país busque asegurar el financiamiento del pago de deuda, concrete un acuerdo fiscal que incluya una Ley de Responsabilidad Fiscal, y se haga un ajuste del presupuesto de 2017 que incluya todos los compromisos.
Además, en materia de gasto público, se fortalezca un sistema de planificación plurianual, elabore presupuestos basados en resultados (para poder medir el impacto de las políticas públicas en la población) y que dichos presupuestos sean congruentes en áreas de gastos e ingresos netos; también que corrija las prácticas de gasto público indeseable y las ajuste al marco constitucional, entre otros.
¿País en crisis?
El presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, aseguró este lunes que el país debía declararse en “emergencia” ante la falta de liquidez para honrar compromisos. El mandatario presionó por que la Asamblea Legislativa apruebe $1,200 millones en emisión de bonos antes de que finalice 2016 como una de las medidas urgentes para evitar que el país tenga “consecuencias negativas de mayores dimensiones”.
El economista Manuel E. Hinds, señaló ayer que la declaratoria no estaba “ni cerca” de la realidad. “En su afán por conseguir dinero y apropiarse de las pensiones, el FMLN ha pretendido que el gobierno no tiene dinero cuando en realidad sí lo tiene”, dijo.
El analista señaló que entre enero y agosto, los ingresos tributarios sumaron $3,777 millones y, además, “han prestado $630 millones más”.