Varios disparos seguidos del llanto de un bebé alarmaron la noche del jueves a varios pobladores del cantón Flor Amarilla Arriba, de Santa Ana. El temor los hizo quedarse dentro de sus casas y esperar hasta que amaneciera para averiguar lo que había pasado.
El llanto persistente que escuchaban desde pasadas las 10:00 p.m. no los dejó tranquilos. Como a las 4:00 a.m., del viernes un grupo de vecinos salió a la calle y descubrió que quien lloraba era la bebé de 12 meses de Xiomara Pérez López, de 25 años, y Marvin Rodríguez Henríquez, de 23.
Los habitantes se acercaron a la modesta vivienda de la pareja y descubrieron que la puerta estaba abierta. No había ruido y eso les pareció sospechoso. Ellos decidieron ir a alertar a los parientes de Pérez, quienes viven en la misma zona.
Cuando la madre y los hermanos de la joven llegaron a la casa hallaron a la pareja asesinada. Los habían acribillado.
Los cadáveres estaban cerca de la puerta. Sus hijas de 5 y 3 años estaban en una cama; su hermana, de uno, estaba en otra que aparentemente compartía con sus padres.
Un familiar de las niñas relató que ellas aguantaron el frío que por las noches se siente en el lugar y a pocos pasos tenían los cuerpos ensangrentados de sus padres.
La niña más pequeña, dijo la fuente, podría haber estado llorando porque se asustó con el ruido de los disparos y por hambre, ya que su madre todavía la amamantaba.
Las tres menores de edad fueron llevadas a la Policía hasta determinar si se las entregarán a familiares o a una institución de Gobierno.
“Mataron a mi papi”
Unas 12 horas después de que la pareja fuera acribillada, las autoridades empezaron a procesar la escena del doble homicidio. Mientras los investigadores recolectaban evidencia en la casa, en la calle principal del cantón estaban concentrados los parientes y vecinos de las víctimas.
En ese grupo estaban varios niños, entre ellos las tres hijas de los esposos. Las dos más pequeñas eran cargadas en brazos por algunos parientes y se veían sonrientes, ajenas a lo que había ocurrido.
Su hermana mayor jugaba con otros menores de edad pero en algunos momentos, cuando alguien se le acercaba, repetía ingenuamente y con semblante sereno: “Mataron a mi papi”.
Parientes de Marvin y Xiomara relataron que ellos tenían unos seis años de estar conviviendo. Por varios meses habitaron en otro cantón de Santa Ana de donde él era originario, pero luego se mudaron al cantón Flor Amarilla Arriba.
Marvin trabajaba como cortador de café y jocote en una finca de la localidad. Su cónyuge cuidaba a sus hijas y hacía las tareas de la casa.
Hasta hace ocho días, la mujer criaba gallinas, pero se las robaron. Xiomara le contó a una pariente que no se enteraron quiénes o cómo se las llevaron porque estaban dormidos y caía una tormenta.
El viernes, esa persona no descartó que el hurto de las aves haya sido un preámbulo del doble homicidio.
Varios residentes de la zona dijeron que la pareja no se metía en problemas y descartaron que tuvieran vínculos con grupos delictivos.
De hecho, ellos aseguraron que en el cantón no hay pandilleros, una versión que negó la Policía. Algunos agentes manifestaron que ese lugar, aunque aparenta ser tranquila, sirve de escondite a delincuentes que van huyendo del centro del municipio.
En algunas ocasiones, señalaron los informantes, se les han visto armados hasta con fusiles AK-47.
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Zona del doble homicidio
Marvin estaba armado
Tras terminar de procesar la escena, las autoridades informaron que habían hallado casquillos de carabina y de armas 45 y 9 milímetros.
Por la posición en la que estaban concluyeron que se habían hecho disparos desde adentro del inmueble, lo que les hizo suponer que Henríquez estaba armado e intentó defenderse del ataque. El arma se la habrían robado los homicidas.
Se presume que ellos mataron primero a la mujer, quien fue hallada abrazando la tranca que le ponían a la puerta.
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La fiscal del caso dijo que preliminarmente no tenían pistas de quiénes y por qué mataron a los esposos.
Investigadores ingresan a la casa de una pareja que fue asesinada frente a sus tres niñas (5, 3 y 1 año) en cantón Flor Amarrilla, Santa Ana pic.twitter.com/RyM3qdPksB
— Diana Escalante (@dianabescalante) 14 de octubre de 2016
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Sin embargo, por la tarde, fuentes del Ministerio Público revelaron que el móvil del hecho podría haberse derivado porque Marvin, apodado “Carreta”, presuntamente estuvo implicado en un homicidio. Aparentemente también había sido amenazado para que se marchara del lugar.