El diccionario de la Real Academia de la Lengua da al término organizar varios significados. Uno de ellos es “poner algo en orden”. Sin llegar a los extremos, organizar el hogar resulta en múltiples beneficios para sus integrantes. La vida misma debe tener orden.
Prueba de ello, es la tesis de la nutricionista española Anabel Aragón, quien argumenta que “una buena organización de la despensa en el hogar contribuye a una buena alimentación”. La especialista es la responsable del área de salud y nutrición de la multinacional agroalimentaria Nestlé, en España, y recientemente ofreció a la agencia de noticias EFE una serie de recomendaciones sobre cómo estructurar nuestra cocina, a fin de facilitar las labores culinarias e influir en un estilo de vida saludable.
Anabel explica que el secreto de una despensa ordenada “es la visibilidad, que veamos claro lo que tenemos”. Para ello, los envases transparentes “son una buena opción” porque permiten “ver el producto y controlar la cantidad” que queda.
A continuación las recomendaciones que ofreció la especialista.
ALIMENTOS BÁSICOS
* El agua embotellada y la leche se pueden guardar en los estantes de abajo, debemos recordar que se deben consumir entre dos y cuatro raciones de leche o lácteos al día.
* El grupo de cereales, pasta y arroz conviene tenerlos agrupados y en lugares accesibles; son la base de nuestra alimentación y debemos consumir de 4 a 6 raciones al día.
* Las legumbres deben estar en un sitio accesible, son fuente de proteínas vegetales. Son adecuadas para ensaladas, muy ricas en fibra y pobres en grasa. “Si las adquirimos en tarros ya cocinadas, es importante que las lavemos antes de consumirlas porque pueden tener líquidos con sales”, aconseja la experta.
* El aceite, preferiblemente de oliva, es indispensable para cocinar y aliñar. Es un producto que se utiliza a diario, por eso se deben ubicar en estantes de fácil acceso, protegido del calor y la luz.
* Los frutos secos es preferible comprarlos sin sal. Se recomienda consumir entre 3 y 6 veces por semana. Un puñado, son unos 25 gramos. Si los compramos en bolsas, hemos de guardarlos con una pinza para que no se enrancien.
* Las latas de conserva son productos que nos van a sacar de muchos apuros para hacer rápidamente platos; hay que vigilar el contenido en sal y colocarlos cerca, aunque no en los estantes principales.
FRUTAS Y VERDURAS
* Guardarlas en la zona menos fría del refrigerador (en el cajón de abajo de la nevera).
* Deben estar visibles y no amontonadas.
* Antes de guardarlas, dejarlas limpias eliminando restos de tierra pero sin lavarlas con agua, para evitar que la humedad las arruine.
* Los vegetales se pueden almacenar en bolsas con agujeros para que respiren, la temperatura óptima suele ser unos 8 grados.
* Algunas frutas debemos tenerlas fuera de la nevera, en el frutero y bien a la vista, sobre todo las que aún no han madurado.
* Las verduras que consumimos crudas, como la lechuga, no se deben congelar. Si se consumen hervidas, si que las podemos congelar, pero antes hay que limpiarlas y trocearlas, con un escaldado ligero (cocción muy rápida), efecto con el que impedimos cambios de sabor, color y textura no deseados.
CARNE Y PESCADO
* Si los compramos en una bandeja de plástico, es esencial sacarlos y guardarlos en un tóper en la parte baja de la nevera para evitar goteos de los jugos sobre otros alimentos.
* La carne fresca se conserva en el frigorífico de 2 a 4 días, pero si se trata de carne picada o hamburguesas es mejor consumirlas en 24 horas. No se debe exceder el consumo de 4 raciones de carne semanales, preferiblemente de carne blanca y no comer carne roja más de una vez a la semana.
* El pescado y los mariscos son productos muy perecederos y en un día o dos hay que consumirlos. Anabel recomienda un consumo de pescado mínimo de 3 raciones a la semana, incluyendo el pescado azul.