Si algo no detuvo a Rafael Martínez fue su deseo por emprender. Rafael tiene 28 años. Es un joven que trabajó para pagar su licenciatura en Educación Especial, pero su empleo no solo lo hizo un profesional, sino un emprendedor.
Con 500 dólares y confianza en sí mismo, Rafael decidió emprender un centro de estimulación musical para niños y adolescentes llamado “Music Time”, ubicado en Avenida Revolución #334, San Benito, San Salvador.
“Con Dios y muchos amigos lo logré. Ellos me regalaron mesas, sillas, pintura y libros. Así inicié mi centro de estimulación musical”, dice.
Rafael atiende a niños y adolescentes regulares, y con dificultades para el aprendizaje. Da apoyo educativo e intervención oportuna en caso de que el niño tenga un obstáculo para su desarrollo académico.
Podría interesarle: Estudiante salvadoreña paga estudios universitarios vendiendo quesadillas
“La música motiva, relaja, energiza. Eso lo aprovechamos al máximo”, dice el joven emprendedor.
Él retoma con alegría el entusiasmo de una de sus alumnas: “Aprendemos desde 4 hasta más infinito”, dice la menor.
A Rafael lo apoyaron sus amigos y personas sin parentesco, como el arrendatario del local donde inició. “Él me rebajó la cuota. Hay personas que creen en los jóvenes. Los jóvenes solo necesitamos oportunidad”.
En el centro de estimulación musical, Rafael apoya a niños y jóvenes de entre 4 meses y 18 años.
Los padres de Rafael no tuvieron recursos económicos suficientes para pagar su carrera universitaria, lo que condujo al joven a trabajar. Esto le sirvió para tomar experiencia y luego emprender.