El Salvador busca producir la mejor taza de café del mercado internacional

Productores ponen a prueba variantes de café e híbridos para obtener el mejor aromático del mercado.

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2016-10-24 9:35:00

El Salvador ha dejado de ser uno de los principales exportadores y productores de café de Centroamérica. Durante 1982 registró una cosecha de 4.2 millones de quintales, pero, 34 años más tarde, los caficultores que no han abandonado el cultivo apenas aspiran a alcanzar los 780,000 quintales.

Para algunos, fue más rentable deshacerse de sus fincas, para otros, lo mejor fue reconvertirse al giro de las cafeterías gourmet, mientras otro tanto debió asumir la deuda con el banco y seguir con el cultivo. Todas las variantes tienen en común haber enfrentado la mala racha de precios internacionales y luego el mortal golpe de la roya que les sobrevino desde 2013.

Al terminar 2015, el promedio nacional de producción era de 5 quintales por manzana, y se necesitan como mínimo 25 quintales por la misma proporción,  para ser eficientes, según los caficultores.

 A septiembre, El Salvador apenas exportó casi 700,000 quintales de café, equivalentes a un poco más de un millón de  dólares. El precio alcanzado por saco fue de $173.06, sin poder igualar o superar los $199.04  alcanzados un año antes, según cifras del Consejo Salvadoreño del Café (CSC).

Las pérdidas por la roya superaron los $26 millones entre los caficultores y los precios internacionales, como locales tampoco fueron alentadores. Puesto en finca, el quintal cayó a $87.29, mientras un año antes recibieron $90.08.

En términos generales e históricos, los niveles de la caficultura se han reducido en un 84 %.

Sin embargo, los caficultores ven la oportunidad de rescatar el cultivo y, en los últimos meses, las gremiales que integran el sector en general se han organizado para negociar financiamiento y mejorar la generación de los cultivos.

Uno de los grandes logros ha sido la instalación de un laboratorio del World Coffee Research (WCR), cuyo apoyo se centra en mejorar los cultivos a base de investigación científica.

Salvador Urrutia, representante de la WCR en El Salvador, explicó que trabajan en obtener nuevos parámetros que identifiquen las características del sabor del café y sus  cualidades organolépticas. La meta es alcanzar la mayor calidad del grano cultivado en el país.

Los ensayos se efectúan en una finca experimental, donde se observan el material y el vigor genético del grano, para que, dentro de un plazo de tres a cinco años, los caficultores cuenten con un banco con el cual se determinarán nuevas variedades de la planta y los futuros cruces. El objetivo,  explicó Urrutia, es lograr una expansión comercial de estas especies.

La labor incluye investigar el comportamiento de siete variedades comerciales de café, para registrar el rendimiento de estas familias de plantas, desde sus costos, cantidad de quintales por manzana y margen de utilidad. Se trata, comparó Urrutia, de crear “ventanas biológicas”, para que luego los productores tomen sus respectivas decisiones a la  hora de elegir la especie que quiere producir.

A nivel regional, la base científica del WCR también desarrolla variedades resistentes a enfermedades y al cambio climático en diferentes sitios de Centroamérica. Pretenden medir dos tipos de impacto: la conducta de las plantasen diferentes alturas y condiciones de nutrición, así como el impacto económico de las mismas.

Ernesto Lima Ruiz, presidente de la Unión de Cooperativas de Cafetaleros (UCAFES), informó que expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaboraron un estudio en el que calculan que el país puede duplicar la producción de café en un promedio de cuatro años, con el financiamiento adecuado y la garantía estatal jurídica, fiscal y física.

A raíz de este estudio, los productores negocian un acuerdo con el Gobierno, para financiar la recuperación del sector, con fondos del BID. En este acuerdo se han involucrado gremiales como UCAFES, Abecafé, Ucraprobex, Foro del Café y la Asociación de Catadores, entre otros. El monto y las condiciones del financiamiento dependerá de las negociaciones respectivas, informó.

Con los aportes financieros y los científicos que se alcancen, El salvador podría alcanzar un nivel de caficultura estable, con especies resistentes a enfermedades, al cambio climático y un grano con una calidad comparable a las mejores variedades de los borbones.

El representante de la WCR estima que, a largo plazo, habría un mercado más desarrollado, especializado y con mayor relevancia de baristas en el país.