Descubra el municipio que será poseído por los espíritus

Cada  1 de noviembre, las calles del municipio albergan a cientos de turistas que llegan a vivir esta tradición.

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Cada 1 de noviembre cientos de turistas llegan al municipio de Tonacatepeque a disfrutar de la tradición

/ Foto Por elsalv

Por Ricardo Guevara

2016-10-31 3:00:00

A pocos  días de iniciar con el tradicional desfile de la “Calabiuza”, los preparativos en el municipio de Tonacatepeque marchan a toda máquina.

Vea galería de imágenes de los preparativos de la Calabiuza

Niños, jóvenes y adultos, desde hace más de un mes, empezaron a recolectar dinero y materiales para darle vida a los personajes mitológicos que desfilarán por las calles del municipio, una noche antes del Día de los Difuntos (el 2 de noviembre).

El Justo Juez de la Noche, Los Cadejos, El Cipitío, La Siguanaba, La Llorona y El Gritón de Media Noche, son algunos de los personajes mitológicos que deambulan al caer la noche en esta ciudad, ubicada a unos 22 kilómetros de San Salvador.

Uno de los barrios que ya esta casi listo para la jornada es la Merced.

Ahí un grupo de unos 15 jóvenes y adultos han dedicado muchas horas y días de trabajo para fabricar los vestuarios, accesorios y  calabiuzas que utilizarán en la carreta que los acompañará para el desfile.

Todos se muestran muy entusiasmados por formar parte de esta jornada, la cual iniciará con un desfile fantasmagórico que recorrerá las principales calles del municipio.

“Muchos tenemos que administrar el tiempo entre el trabajo y los estudios y, al finalizar la jornada, venimos a trabajar en el montaje de nuestro espectáculo para el día de la calabiuza”,  dijo  Eduardo Estrada,  uno de los participantes.

Aunque los trabajos inician un mes  antes  del 1 de noviembre,  el tiempo no alcanza para realizar todos los preparativos, por lo que una semana antes los adolescentes se desvelan casi a diario para tener listo el montaje.

Todos colaboran

En la casa de uno de los jóvenes, en el barrio la Merced, cada uno de los miembros de la familia colaboran. Desde los abuelos,  padres, hijos, nietos,  y  los vecinos.ç

En el ambiente se puede percibir una atmósfera  de mucha  camaradería, en el que todos  ponen su granito de arena para cumplir con su objetivo.

Mientras unos preparan almidón en un fogón con leña, otros colocan pintura a las figuras de unos  cadejos, hechos con papel y alambre, al igual que las piñatas.

Otro grupo se encarga de procesar los ayotes, que luego servirán para hacer figuras de rostros, que asemejan fantasmas. Estos posteriormente serán colocados en las carretas fantasmas y serán iluminados con velas.

“Me siento muy orgulloso de formar parte de estas tradiciones de mi pueblo, ya que muchos turistas nos visitan y nos piden fotografías con cada uno de nosotros, eso nos inspira a entregar nuestro mejor esfuerzo”, dijo Abel de Jesús Montoya,  quien tiene más de 12 años de participar en esta tradición.

Otro de los elementos que no podían faltar en los preparativos son los huesos de vacas, los cuales son obtenidos en el rastro municipal.

Estas restos son utilizadas para adornar las carretas, utilizando el cráneo y los cachos, para darle un toque escalofriante a la carreta que pasean por las calles adoquinadas del municipio.

Cadenas, cumbos, latas y laminas troqueladas , forman parte de los utensilios que son utilizados por los jóvenes, quienes esperan con ansias el 1 de noviembre para recorrer, con su creación, las calles de Tonacatepeque.

La historia en breve

Aunque no existe una fecha exacta en la que se origino esta tradición, con el paso de los años ha ido evolucionado y volviéndose popular a nivel nacional e internacional.

Hace más de 40 años,  los niños salían a las calles del municipio sin utilizar disfraces, portando candelas y una “cebadera” en busca de  güisquiles y “cuchamperes”.

Con el paso de los años, a mediados de la década de los setenta, la familia Girón y otros vecinos, contribuyeron con la celebración agregándole tambores, pitos y antorchas. En este periodo los niños y jóvenes se disfrazaban de personajes de la televisión, como Batman, Superman y otros. No había una identidad propia en la celebración.

Sin embargo a mediados de los años 80,  por los toques de queda de la guerra, la tradición estuvo a punto de desaparecer.

Sin embargo, gracias al apoyo de René y Juan Estrada, entre otros vecinos, esta costumbre es rescatada y se le incorporan nuevas ideas.

“Nuestros personajes mitológicos son La Siguanaba, El Cipitío y La Carreta Chillona, entre otros, por lo que decidimos incorporar estas costumbres a la celebración de la calabiuza, bautizándola con este nombre con el apoyo de la casa de la cultura. Proporcionándole una identidad propia, agregando los toritos pintos y la premiación a los mejores vestuarios, dejando a un lado los personajes que no son de nuestra cultura”, dijo René Estrada.

Luego de varios años de impulsar la celebración y de revitalizarla, esta es retomada por la alcaldía municipal, quienes hasta la fecha continúa organizando la festividad.