Con dinero provenientes del licor fue construido el Puente El Jobo

La infraestructura tiene una longitud de 122 metros y seis de ancho. Su nombre se debe a un gran árbol de jocote de jobo que existía en el lugar.

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Fue inaugurado el domingo 12 de febrero de 1950.  La construcción de esa infraestructura inició en 1947.

/ Foto Por EDH

Por Cristían Díaz

2016-10-25 11:15:00

El puente El Jobo, en la frontera Las Chinamas, de Ahuachapán, fue inaugurado el domingo 12 de febrero de 1950.  La construcción de esa infraestructura inició en 1947.

La intención de su construcción fue unir a El Salvador con Guatemala, debido a la importancia del comercio y la agricultura, de acuerdo con lo que expresó el representante por Ahuachapán en la Asamblea Nacional Constituyente, doctor Sixto Padilla; 62 años antes de que inauguraran el puente, ya se destacaba su importancia estratégica en el área comercial y de agricultura.

El libro Remembranzas de mi tierra, de Óscar Armando Portillo Luna, en el que habla de la historia del cantón Las Chinamas, relata que el martes 23 de abril de 1889 se emitió un decreto legislativo (Diario Oficial Número 94, Tomo 26, página 469), que ratificaba el convenio diplomático celebrado el 6 de diciembre de 1888 en San José, Costa Rica, entre El Salvador y Guatemala, para construir un puente sobre el río Paz.

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El convenio fue firmado bajo el término “ad referéndum”; es decir  con la condición de ser aprobado por la autoridad competente respectiva.

Un segundo decreto fue aprobado el 19 de junio de 1889 (Diario Oficial Número 143, Tomo 26, página 745) que establecía como fuente de financiamiento, un incremento de impuestos de seis centavos y un cuarto sobre cada botella de aguardiente consumida en los departamentos del occidente del país (Ahuachapán, Sonsonate, y Santa Ana), se expone en el libro.

Tuvieron que transcurrir 42 años para que el subsecretario de Fomento de El Salvador, coronel Francisco Acosta, originario de Ahuachapán, firmara a finales del tercer trimestre de 1931 un convenio con Guatemala para la edificación de la infraestructura.

Aunque fue hasta el 7 de agosto de 1946 cuando una nueva acta entre ambos países permitió que el proyecto comenzara a tomar forma, iniciando su edificación un año después.

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“Remembranzas de mi tierra” no establece cuánto costó la construcción del puente. Aunque señala que cada uno de los países depositó $5 mil en el Banco Central de Reserva de El Salvador para los trabajos preliminares.

La edición del miércoles 10 de agosto de 1949 de El Diario de Hoy consignó que El Salvador y Guatemala financiaron el proyecto en partes iguales, sin precisar tampoco la cifra.

La estructura fue entregada a las autoridades por la empresa constructora, la estadounidense Roebling’s Sons Company, el 14 de julio de ese año, publicó este rotativo.

La misma fue la encargada de su diseño y construcción.

Un dato curioso es que esta empresa es la responsable de la construcción de puentes de renombre; como el George Washington, que une Nueva York con Nueva Jersey; y el Golden Gate, en San Francisco, California; ambos de Estados Unidos, de acuerdo con registros periodísticos de El Diario de Hoy.

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El libro también consigna que el proyecto generó fuentes de trabajo. A los jóvenes que contrataron para sacar arena del río les pagaban 80 centavos de colón ($0.09) por día de trabajo. Los ayudantes recibían un salario diario de 1.20 de colón ($0.14).

Fotografías de la época evidencian lo desolado del lugar previo a la construcción del puente. Era una área rústica probablemente poco transitada.

En la revista Así es mi tierra, de 1979 y propiedad de Mauricio Lagos, quien es amante de la historia, hay una fotografía donde se aprecia el recién terminado puente y otra donde aparece el  coronel Francisco Acosta, quien fue subsecretario de Fomento de El Salvador, alcalde y gobernador de Ahuachapán.

A él le atribuyen obras como la construcción del pasaje La Concordia, el Centro Escolar Isidro Menéndez, la torre del reloj del parque La Concordia y la reparación del parque Francisco Menéndez.

El puente dinamizó la economía entre ambos países y con ello, la circulación de vehículos que dañaron la infraestructura.

En 1994 fue sometido a su primera intervención profunda, que duró seis semanas (entre noviembre y diciembre).

Al igual que la construcción, el costo de la reparación fue absorbido en partes iguales por los dos países. Costó 6 millones de colones ($685,714.29).

A las 9:00 de la noche del jueves 10 de octubre de 2013, dos losas de concreto que forman la superficie de rodadura cedieron cuando un camión pasaba por el sitio, en el lado guatemalteco.

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Desde entonces, los usuarios atraviesan un calvario para cruzar ambas naciones porque por varias ocasiones ha sido intervenido, obligando el cierre del paso.

Actualmente solo puede circular un vehículo a la vez y a una velocidad no superior a los 10 kilómetros.

A inicio del año pasado, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) registraba que el Tráfico Promedio Diario (TPD) era de 4,459 vehículos.

Ahora los vecinos señalan que el uso de la frontera ha disminuido considerablemente por las restricciones que tiene.

Quienes viajan en buses deben cruzarlo caminando o transbordando un microbús, ya que no pueden circular vehículos que sobrepasen las 10 toneladas.

En septiembre nuevamente será cerrado por tres meses porque el gobierno de Guatemala hará trabajos de mejoramiento a través de una inversión $1,856,763.92 (14 millones de quetzales).

Será la tercera inversión más grande que realicen pues en las obras hechas entre enero y abril de 2014 (tras dañarse un año antes), el vecino país invirtió más de un millón de dólares; mientras que El Salvador, $200,000.