El siglo de los movimientos ciudadanos???

La “Toma de Caracas” simboliza el espacio que los latinoamericanos están reclamando para reinventar la política, para evitar que se abuse del poder

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Por Luis Mario Rodríguez R.*

2016-08-31 8:10:00

Hoy los venezolanos marchan a favor de la restauración del Estado de Derecho al que Luis Almagro declaró agotado y destruido en la cuarta misiva que escribe sobre la precaria situación que padece Venezuela.
 
Los ciudadanos se movilizarán este día en contra del régimen de Nicolás Maduro que cercenó los cimientos democráticos sobre los que descansan la libertad, la paz y la reconciliación nacional, con la condena a Leopoldo López, el “Nelson Mandela del siglo XXI”.
 
Esta nueva hazaña pretende forzar al Consejo Nacional Electoral (CNE) a que fije la fecha para recoger el 20 % de las firmas necesarias para celebrar el referéndum revocatorio, al que por Constitución tienen derecho los habitantes.
 
En la “carta abierta” que el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) cursó públicamente el pasado 22 de agosto al “símbolo” de los presos políticos del mundo, se denunció que el “Gobierno quiere desconocer el derecho constitucional de la gente de revocar a su Presidente – mecanismo de la misma jerarquía jurídica y política para elegirlo-”, además de reiterar que “no tiene ninguna voluntad de diálogo”.

Que Luis Almagro haya declarado “el final de la democracia” en uno de los Estados que integran el organismo hemisférico en las Américas es un hecho sin precedentes. La nota fue retomada por los principales periódicos del mundo y es probable que, en El Salvador, la atención mediática que ocuparon los allanamientos en el caso del ex presidente Funes como parte de la investigación que realiza la Fiscalía General de la República en su contra, haya mermado el impacto de una declaración histórica que reproduce la ansiedad de los latinoamericanos por restablecer la democracia en la nación suramericana y por terminar con los totalitarismos.

La “Toma de Caracas”, protagonizada por la oposición y los ciudadanos caraqueños, encarna el sentimiento que Almagro impregnó en la epístola que dedicó a Leopoldo. El Secretario habla de la “privación de los derechos, desde los más elementales derechos económicos y sociales, hasta las libertades básicas”. Al referirse a la ratificación de la sentencia que condenó a López a una pena de prisión de trece años, nueve meses y siete días, el representante de la OEA señala que en Venezuela “hoy no rige ninguna libertad fundamental y ningún derecho civil o político”. 

El 31 de mayo de este año, el ex canciller de José Mujica, solicitó la activación de la Carta Democrática Interamericana de la OEA por la grave situación que viven los venezolanos. En la correspondencia de la semana pasada ratifica esa intención y compara su aplicación a la severidad con la que actuaron los países del Mercosur “que se han negado a aceptar a Venezuela como Presidente Pro Tempore de esa Organización”. También trae a cuenta el pronunciamiento del Secretario General de las Naciones Unidas y el del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, sobre la crisis humanitaria que sufre el pueblo. Lo mismo hace al recordar la actuación del Parlamento Europeo cuando evidenció con detalle los abusos del gobierno, la privación de derechos, solicitando la libertad de todos los presos políticos.

Una de las tantas advertencias relevantes de Almagro en el escrito dedicado a Leopoldo López es el de la “opacidad y el manejo dudoso de los fondos públicos, así como la impunidad que han llevado a caracterizar a Venezuela como el país más corrupto del continente por Transparencia Internacional”. Después de referirse a los casos de transporte de cocaína desde Venezuela a Honduras con la finalidad última del ingreso de la misma a los Estados Unidos y al del pago de más de $1,000 millones en sobornos para obtener contratos en PDVSA, entre 2008 y 2014, el Secretario agrega que estas situaciones  “manifiestan la degradación de la cultura de probidad republicana (….) y alimentan el permanente aumento de la corrupción”. 

La “Toma de Caracas” simboliza el espacio que los latinoamericanos están reclamando para reinventar la política, para evitar que se abuse del poder y para recordarle a quienes lo ejercen que, en el Siglo XXI, los protagonistas serán los movimientos ciudadanos y su cometido por controlar el ejercicio de la función pública. 
 

*Columnista de El Diario de Hoy.